Sara Baras: «‘Alma’ es una búsqueda para poder sentir a personas que ya no están entre nosotros, pero sí dentro de nosotros»
SARA BARAS
Bailaora, coreógrafa y directora

Sara Baras (Cádiz 1971) regresa a Madrid por aclamación popular tras haber arrasado en EE.UU. y Australia con ‘Alma’, un espectáculo «con corazón flamenco y alma de bolero» dedicado a su padre. En esta entrevista y, a su vez, nuevo episodio de ‘El Resurgir de Madrid – El Podcast’ nos habla de su parte más personal, divertida, solidaria y hasta nos confiesa haber bailado un chotis con Sabina.
Regresas a Madrid, al teatro EDP Gran Vía en lo que es, casi, un regreso por aclamación. Estuviste el año pasado y has decidido volver a la capital. ¿Qué se siente cuando el público te dice «por favor vuelve, necesitamos volver a verte»?
Es un regalo poder bailar a Madrid. Y poder volver con el mismo espectáculo sin haber pasado ni un año es ya doble regalo. Doble Ilusión. El espectáculo emocionalmente es muy potente y todas las cosas que están pasando a su alrededor son igual de emocionantes. Estoy encantada. Estoy y estamos, porque es un equipazo el que está detrás de alma.
¿Qué es el espectáculo Alma? Cuéntanos. Porque el nombre suena fabuloso.
El nombre es fabulosísimo y además, a medida que vamos haciéndolo, va cogiendo cada vez más sentido. No solo por la belleza de la palabra, sino por realmente a dónde te lleva.
Alma es un espectáculo que dedicamos a mi padre, que era un enamorado de los boleros. Fusionamos boleros de siempre con palos del flamenco de siempre. La música la hizo Keko Baldomero, que es el director musical de la compañía. Son siete músicos en directo, que son siete musicazos. También somos siete bailando, está Daniel Saltares que baila increíble, cinco chicas que son maravillosas y yo.
Y realmente es una búsqueda para poder sentir a personas que ya no están entre nosotros, pero sí dentro de nosotros. Está hecho con el alma. Y realmente buscamos el alma de esas personas, en este caso yo directamente la de la de mi padre. Y la encuentro además.
«En ‘Alma’ somos de corazón flamenco y alma de bolero. La identidad como flamenco no la podemos perder»
Hablando de fusión, ¿cómo ves estas nuevas canciones y artistas que mezclan el flamenco, que es algo tan de raíces, con géneros más urbanos, latinos…?
Pues sí, es que realmente yo creo que el flamenco tiene una identidad tan, tan potente que puede fusionarse con lo que sea y no pierde su identidad. Creo que cuando se fusiona con otros registros realmente es muy bonito. Saca algo de ti que no tienes. Descubres otra cadencia, otra forma de hacer las cosas que, normalmente, suelen sumar.
En este caso [en Alma] sumas el contraste de la dulzura del bolero con la garra y la pasión del flamenco. En la fusión en la música me parece que hay cosas preciosas siempre y cuando tengan calidad y los pies sigan en la tierra, ¿no?, sin que te vayas de lo que eres. Aquí, en Alma decimos “somos de corazón flamenco y alma de bolero”. Pero está hecho por un flamenco, no está hecho por alguien de bolero. Realmente la identidad como flamenco no la podemos perder.

Sara Baras durante un momento de la grabación de ‘El Resurgir de Madrid – El Podcast’. / Helena Reyes
Volvéis a Madrid, al Broadway español, y lo hacéis llevando al flamenco a ese nivel de súper producción. Entiendo que es un paso muy importante llegar al gran público con un montaje flamenco tan top como el de los grandes musicales ¿no?
Sí, la verdad que dentro de la gira acabamos de hacer el Opera House en Sidney, cerrando un festival internacional con una cantidad de propuestas de todo tipo, así que es alucinante que la cerrásemos unos flamencos.
Y un orgullo…
Un orgullo. Y además no temblamos, todo lo contrario, vamos pisando fuerte ¿sabes? Porque nuestro arte es un arte muy, muy fuerte. Y lo que tú estás diciendo, se compara con los musicales y se compara en nuestro caso más. O sea, podemos estar programados en un festival de teatro, en un festival de danza, en un festival de música, en un festival solo de flamenco, en un festival de jazz… Y realmente eso te da no solamente una libertad absoluta para expresarte, sino también un conocimiento para poder acercarte a todo tipo de público… que vas volando para arriba.
«El Flamenco no es cuestión de saber o no saber, sino de dejarse llevar y sentir»
Hablando de Sidney, el público de sitios tan poco habituados al flamenco, ¿cómo responde, lo entiende?
Entregadísimo. Entiende igual de bien el espectáculo. No solo lo entiende, sino te llama la atención que el “olé” está en el mismo sitio en todos los lados, aunque suena diferente.
Por ejemplo, ahora veníamos de Budapest, y el aplauso es muy diferente al de todas las giras de Estados Unidos que hemos tenido, o al de España. ¿Sabes?, parece que están dirigidos, es una cosa… están en el mismo sitio. No es un efecto del espectáculo, sino que cuando de verdad hay un momento de improvisación, un momento de los buenos, de esos que los de aquí dicen “el que sabe de flamenco lo va a ver”… No, no, es en todo el mundo.
No es cuestión de no saber o de saber de flamenco, sino de dejarse llevar y poder sentir. Y en este caso, ahí, el público al principio lo piensa, pero cuando se levanta el telón, ya somos todos iguales.
El flamenco ha dejado de ser para unos pocos entendidos, se ha universalizado.
Sí, yo le daría las gracias a maestros como Paco de Lucía, Camarón, Morente, Antonio Gades, Carmen Amaya, Farruco…, a todos esos maestros que han abierto las puertas.

La bailaora nos confiesa que aún no se cree haber ganado algunos premios. / Helena Reyes
Cambiando de tercio, el baile es un esfuerzo brutal físico del calibre del de los deportistas de élite ¿Cómo te preparas?
En mi caso yo tengo un entrenador, Raúl Gil, de Fidias, en El Puerto de Santa María, donde vivo. Él va viendo todos los vídeos, ve en el momento en el que estamos, y cuando llegamos tiene preparado todo tipo de ejercicios para fortalecer la musculatura y no lesionarte. Y lo consigue porque yo ya no soy un niña, pero fuerte estoy fuerte, fuerte… más que una niña [se ríe].
¿Compensa tanto esfuerzo?
Me considero una privilegiada. Trabajar en algo que te apasiona y que encima vaya tan bien.
Y además toda la vida, porque he echado un vistazo a los premios que has recibido, desde 1989, creo, y he perdido la cuenta al llegar a 62… Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Embajadora Honorífica de la Marca España… ¿Cuál te ha ilusionado más?
Todos tienen su cosa y encima todos me han ayudado a estar en el camino adecuado, a seguir en el camino adecuado, a ilusionarme… Todos han sido para mí importantes, lo que pasa, después, es que hay algunos que ni te crees que los tengas. Por ejemplo, cuando me pusieron la Medalla de Andalucía, directamente fue a mi padre, y ya era como si fuera de él. Se la merecía más él.
Te parecen mentira ciertas cosas, como el Premio Nacional de Danza que me dieron en 2003, que también fue para mí muy importante.
«Los premios son una responsabilidad, un reconocimiento que te hace estar ahí sin bajar la guardia»
¿Se acostumbra uno a tanto premio?
¿Sabes qué pasa?, que como con el que tú me decías de Marca España, es tanta la responsabilidad que no te acostumbras sino al revés. Lo que quieres es hacerlo mejor y mejor. Y estudiar más y trabajar más. Y estás ahí sin bajar la guardia. O sea que al final los premios son importantes sobre todo en ese sentido, son un reconocimiento que hace que no bajes.
Nos apetece también destacar en esta entrevista tu faceta solidaria, quizá más desconocida para el gran público, colaborando con la asociación Mi princesa Rett. ¿Qué nos puedes contar al respecto?
Soy madrina de la Asociación Mi Princesa Rett, y empezó porque Paco, que es el presidente, tiene una hija que tiene la edad de mi hijo. Es una enfermedad que se da mayoritariamente en niñas y aparece como al año, o sea que nacen sanas y poco a poco van perdiendo… si ya masticaban dejan de masticar, si andaban dejan de andar… una cosa súper cruel.
Cuando ellos lo explicaban, lo explicaban muy bonito, es como un director de una orquesta en la que los músicos son todos muy buenos, pero el director no la sabe dirigir. Entonces, por eso digo, nacen sanas pero poco a poco empieza el cuerpo a hacerse un lío con la mente y es súper cruel.
«Ayudar es un privilegio. Hay un antes y un después cuando puedes ayudar»
Hay investigación. Tenemos la suerte de que hay investigación. Al principio no era ni siquiera una asociación, eran unos padres que se ponían en contacto unos con otros… y Rett era una enfermedad rara que casi no tenía ni nombre. Y la verdad que estos diez años que ya hemos cumplido ha sido bestial porque se ha avanzado en muchas cosas. Se han podido hacer muchas cosas. Y ellos son familias increíbles que luchan por sus hijas de una manera bestial. Hay muchas cosas que se han conseguido y no perdemos la esperanza de encontrar una solución para estas niñas.
Hablábamos de la gratificante que es recibir premios, pero entiendo que esto lo es tanto o más.
Sí, sí, más. Hay un antes y un después cuando puedes ayudar. Yo digo que ayudar es un privilegio, no es una obligación, es un privilegio. Estar con ellos [la asociación Mi Princesa Rett] es una lección de vida diaria. Se te quitan todas las tonterías.
Mi primera vez
Por David Gons
«Cuando voy a comprarme zapatos lo primero que hago al probármelos es taconear»

Sara Baras nos descubre su parte más personal y nos confiesa algunas de sus primeras veces. / Helena Reyes
¿Cuándo fue la primera vez que fuiste a un teatro como espectadora?
La primera vez fue con el colegio. Una experiencia muy bonita. Yo le debo a mi madre que me haya descubierto el mundo del arte y del teatro. Desde muy niña la acompañaba y flipaba. En el cole, en San Fernando hacían lo típico de “teatro de fin de curso” y creo que allí fue la primera vez que me subí a bailar en un escenario.
¿Te ha pasado alguna vez que estabas bailando en casa sin darte cuenta?
Sí, sí. Yo realmente creo que llevo más vida bailando que sin bailar. Cuando cocino estoy todo el tiempo zapateando.
¿Y tus vecinos de abajo qué tal?
Ahora no tengo vecinos, pero cuando era pequeña recuerdo que el vecino de abajo llamó a la policía. Y todo era por estar zapateando en el salón.
Y no ha sido el único problema. He estado investigando y quería preguntarte… ¿Es verdad que tienes un juicio pendiente con Decathlon? Es que he estado leyendo que fuiste a probarte unas zapatillas y te pusiste a taconear, desgastaste la suela… Y ya no te dejan entrar.
[risas] Mira, sí es cierto que cuando me pruebo un zapato, lo primero que hago es zapatear. Aunque sean para correr [risas].
¿Te has quedado alguna vez en blanco en mitad de un espectáculo?
Sí. Es un momento difícil. Yo busco el riesgo, busco un buen momento para improvisar, y a veces no te pilla tan bien como esperabas. Realmente no se nota, pero tú que lo sabes… Es un momentito regulín…

Sara Baras charlando con los miembros de ‘El Resurgir de Madrid – El Podcast’. / Helena Reyes
A nosotros nos pasa mucho, pero se nos nota [risas]. Cambiando de tercio, recuerdas la primera vez que hablaste con Paco de Lucía? ¿Cómo fue ese momento?
Paco de Lucía es mi artista favorito. La primera vez que hablé con él fue en Tokio. Yo estaba bailando y él vino de gira y fue maravilloso. Digo “hablar con él” pero yo no fui capaz casi de hablar. Él era una persona muy cercana, cariñosa y con mucho sentido del humor. Éramos todos jovencitos y él nos ayudó a movernos por Tokio. Esa fue la primera y ya, desde ahí, toda la vida.
¿Tienes alguna anécdota divertida con él?
Él tocaba en un teatro enorme de Tokio y queríamos ir a verle. Nos fuimos a la prueba de sonido por la puerta de artistas. Nos abre un chico y le digo: “hola, soy la sobrina de Paco”, pero no me creían. Entonces, pasa Paco por ahí y se entera de la situación, me ve y me grita “sobrina”. Pudimos pasar gracias a esa mentira y desde ese momento siempre que me veía me llamaba sobrina.
Hoy día soy patrona de la Fundación Paco de Lucía. Estoy con toda la familia y eso me mantiene más cerca todavía de él. Era alucinante como persona y como artista. Los grandes son sencillos y este es el ejemplo, él era grande grande.
¿Cuál fue tu primer amor?
Fue en el colegio y tengo todavía relación con él. Fue un auténtico flechazo. Qué bonito, qué inocente, ¿verdad? Nos rozábamos la mano y ya era un montón. Iba a decir que no era nada serio, pero cuando eres una niña eso es la vida.
Las doce campanadas
¿El sitio más bonito de Madrid? Ahora que estamos durante un mes en la Gran Vía… ¿Qué te voy a decir? Pues la Gran Vía ¿no? Todo va a ser la Gran Vía.
¿Una tarde cultural en…? En la Gran Vía, en el teatro EDP Gran Vía, hasta el 4 de junio [risas].
¿Un lugar para comer bien? Hay un sitio que a mí me gusta mucho, que se toman las mejores tapitas del mundo, que es El Bonano, que está en La Latina. Es un sitio chulísimo.
¿Monumento preferido? Estoy pensando a ver si hay alguno en La Gran Vía [risas]… Me quedo con El Ángel Caído en El Retiro.
¿Te has comido alguna vez las uvas en la Puerta del Sol? En la Puerta del Sol no, pero en casa siempre desde niña ha sido viendo la Puerta del Sol, con la canción de Mecano. ¡Qué no falte!
¿Plato, alimento o producto madrileño que te guste más? El Cocido, con eso se baila súper bien. ¿Después de echar una siesta, no? No [risas], creo que es mejor primero bailar.
¿Una calle, una plaza…? Lo siento mucho pero sin duda la Gran Vía [risas].
¿Cibeles, Neptuno u otra fuente para celebrar? Te voy a decir Cibeles, porque allí bailé con Paco de Lucía cuando la antorcha olímpica llegó a Madrid. Fue precioso, un momento que no se me va a olvidar nunca.
¿Sitio poco conocido de Madrid al que llevarías a un amigo? A Amor de Dios, que es la escuela donde están todos los maestros dando clase de Flamenco. Y a ver Alma a la Gran Vía [más risas] porque seguro que se enamora de Madrid.
¿Una canción que te recuerde a Madrid? La de Vanessa Martín, Que se entere Madrid.
¿Has bailado alguna vez un chotis? Sí, una vez con Joaquín Sabina. ¿Hay vídeo de esto? Ojalá. Yo temblaba. Él empezó en el piano y yo súper callada y de repente se levantó y bailamos un poquito y fue súper bonito. Yo bailar lo que me echen.
¿Qué tiene Madrid que no tiene otra ciudad? Madrid te acoge. Aunque no seas de aquí, acabas siendo de aquí. Y eso me parece precioso de esta ciudad. Yo he vivido los mismos años en Cádiz que en Madrid y me siento igual de gaditana que madrileña. A mí me encanta esta tierra.
KILÓMETRO 0




VIVE MADRID


Ruta por los 8 edificios de Madrid candidatos a los Premios Arquitectura 2022
MADRID RESURGE


Esta es la webcam de la Sierra de Guadarrama que se encarga de la vigilancia de las aves durante la crianza


Proyecto Rural 3D: conoce la iniciativa que busca digitalizar el sector industrial en las zonas rurales
CERCA DE TI

