Santiago Díaz: «Los secretos son una de las claves de una novela. Todos los personajes los tienen, y su revelación hace que su mundo se complique»
SANTIAGO DÍAZ
Escritor

Santiago Díaz (Madrid, 1971) es un tipo curioso. Inició su carrera profesional en el mundo cinematográfico como guionista, pero ha acabado transformándose en uno de los más prometedores escritores de novela negra española. Y la verdad es que le pega. Por favor, tengan en cuenta las semejanzas corporales que guarda con Luca Brasi, el temido ayudante de don Corleone en El Padrino. Su primera novela, Talión (2018), obtuvo el Premio Morella Negra y el Premio Benjamín de Tudela. En 2021, publicó El buen padre, la entrega inicial de la emocionante trilogía que narra los casos a los que debe enfrentarse la inspectora Indira Ramos. A esta le siguió Las otras niñas (2022). La nueva novela de Santiago Díaz es Indira, con la que parece dar punto final a la trilogía Indira Ramos. Hablamos con él de esta novelas y de otros libros de Santiago Díaz.
La publicación de la nueva novela de Santiago Díaz, Indira, cierra la exitosa trilogía noir protagonizada por la inspectora Indira Ramos y su equipo de investigadores de la Policía Nacional. ¿Cómo te sentiste al concluir su historia?
En realidad, el final de la novela es relativo. Caben muchas posibilidades, no es una trilogía cerrada. Mi plan inicial era hacer estas tres novelas. Luego, dependiendo de lo que pidan los lectores y la editorial, la trama podrá, o no, continuar en ese universo.
Respecto a lo que me preguntabas, me sentí triste y aliviado por acabar. Aunque también muy contento con el resultado.
100.000 lectores esperaban su salida al mercado. Al saber que el tren literario en el que viajaban ha llegado a su estación terminal, sienten curiosidad por tus planes de futuro. ¿Seguirás centrado en el género negro?
Mi siguiente proyecto es un thriller histórico. Ya estoy inmerso por completo en él. Si todo va bien, se publicará en la primavera de 2024. Y, como te decía antes, a partir de ahí veré qué ocurre con Indira Ramos. Es algo que no puedo saber hasta dentro de unos meses, cuando tenga un informe más amplio sobre el éxito del libro.
Has pegado un buen salto, por lo que cuentas. ¿Cómo estás pisando el nuevo terreno?
Bueno, no es lo mismo. Ya he hecho un trabajo previo de documentación y escaleta. Ahora estoy escribiendo. Como autor, me lo paso genial. Pero debo admitir que tengo cierta inseguridad. Ya la tendría con cualquier novela, pero como es un género que todavía no he probado… De todas formas, estoy seguro de que a los que me lean les va a gustar. Espero poder conseguir nuevo público.

El autor se estremece al pensar en que nunca conocemos lo suficiente a las personas de nuestro alrededor. / El Resurgir
Seguro que sí. Tu estilo de escritura se caracteriza por la rapidez, la sencillez y la precisión. ¿Acabarás siendo el Don Winslow español?
No sé si llegaré a ese nivel, pero yo me lo paso bien. Me gusta mucho Don Winslow, por cierto. Creo que hago muchas tramas y que la acción es rápida. Esa es la manera en que intento trasladar mis historias a los lectores. No me gusta quedarme estancado y que mis personajes no evolucionen. Una persona me dijo una vez: «Solo iba a leer un capítulo, y, al final, me he leído cuatro». Me encanta, porque eso quiere decir que estuvo metida en la historia.
¿Buscas adicción?
Pura y dura.
«Estoy muy agradecido de que unos compañeros tan grandes como ellos hablen así de mí»
«Díaz escribe a navajazos. Espectacular. Imprescindible». Así describe Mikel Santiago tu nuevo trabajo. Carmen Mola, Juan Gómez-Jurado y César Pérez Gellida lo elogian con palabras similares. ¿Qué es lo que hace que sea tan especial?
No lo sé. Estoy muy agradecido de que unos compañeros tan grandes como ellos hablen así de mí. Este es uno de los dos premios que he obtenido por escribir. El otro me lo han dado los lectores al comprar mis novelas, así como al hacer tan buenas críticas de ellas.
Lo que sé es que intento hacer todo de la mejor manera posible y que echo toda la carne en el asador. No soy el típico que se guarda una historia para un futuro libro. Si la tengo en la cabeza, la suelto. Después ya vendrá lo que tenga que venir.
Hay dos elementos con los que juegas a lo largo de toda la narración: los secretos y el poder. ¿Cuál es la razón por la que esto es así?
Creo que los secretos son una de las claves de cualquier novela. Todos los personajes los tienen, y su revelación puede hacer que su mundo se complique. Pienso que lo que nos gusta ver como lectores es esa complicación del entorno de los protagonistas.
En cuanto al poder, la novela negra te permite verlo en grandes despachos y negocios desde la primera fila. Considero que eso es algo que puede llamar mucho la atención.
En todos tus libros se refleja tu interés por los entornos sórdidos y violentos. Además, es evidente que te gusta enfrentar a tus personajes a dilemas morales de una terrible complejidad. ¿Por qué?
Es otra de las características del género. Como explicaba antes, este tipo de novelas sirven para entrar en ambientes y conocer a personajes que no tendrían cabida en tu vida normal. También para denunciar ciertas cosas que suceden a nuestro alrededor, mucho más cerca de lo que creemos.
Y ya que digo esto, hace poco leí una noticia que me puso los pelos de punta. Por lo visto, a menos de 100 metros de cualquiera de los que vivimos en grandes ciudades, hay una mujer obligada a prostituirse.
«No conocemos a la gente que tenemos al lado. Eso es lo que a mí me hace estremecer. ¿Tú qué sabes sobre el del piso de arriba, aunque te parezca majete? Igual es un asesino fugado»
Me recuerdas un poco a Roberto Saviano. En su libro CeroCeroCero (2014),decía que varias de las personas del entorno más cercano de cada individuo consumen cocaína…
Estos dos ejemplos demuestran que en realidad no conocemos a la gente que tenemos al lado. Eso es lo que a mí me hace estremecer. ¿Tú qué sabes sobre el del piso de arriba, aunque te parezca majete? Igual es un asesino fugado. Aprovecho para contar una anécdota rápida.

Díaz durante la entrevista con El Resurgir de Madrid. / El Resurgir de Madrid
Hace unos años, a un mafioso de la Ndrangheta le condenaron por cometer varios asesinatos, pero se consiguió fugar de la cárcel barcelonesa en la que le encerraron. Le buscaron, pero, como no le encontraban, le dieron por muerto. Pensaron que su propia organización lo había hecho desaparecer para evitar que salieran a la luz los secretos que le habían confiado.
Unos años después, un coche de Google Maps estaba recorriendo Galapagar y lo fotografió por casualidad. La imagen llegó a un agente de policía que estaba involucrado en el caso y reconoció al tipo, que había montado una frutería y se había integrado en el pueblo. Incluso iba a jugar por las tardes al dominó con los paisanos… Nadie sabía quién era de verdad.
Ya que la conversación ha derivado hasta tocar el tema de las mafias, ¿has pensado en escribir sobre ellas alguna vez?
Me alegra que me hagas esa pregunta. Cuando publique mi próxima novela, una de las ideas que tengo pendientes es narrar una historia de ese estilo. Me encanta. Es algo a lo que llevo mucho tiempo dándole vueltas, y me apetece bastante. En España hay organizaciones criminales de este tipo que se mueven a gran altura y que tienen ramificaciones en toda clase de delitos. Creo que se nota que me gusta meterme en charcos con cada novela. Puede que el siguiente sea este.
Las doce campanadas
Sitio más bonito de Madrid: La Gran Vía. Te encuentras un montón de gente de toda clase en ella.
Una tarde cultural en: El Museo del Prado y el Museo de Ciencias Naturales.
Un lugar para comer bien: El Omeraki, de Alberto Chicote. Se come de maravilla, y no es excesivamente caro para ser un restaurante tan bueno.
Su monumento preferido: La Cibeles.
¿Se ha comido alguna vez las uvas en la Puerta del Sol?: No.
Un plato, alimento o producto madrileño: El cocido, que no hay quien me lo quite.
Una calle: El paseo del Prado.
Sitio desconocido de Madrid al que llevarías a un extranjero: Por los pueblos de la sierra madrileña, que son unos sitios fantásticos.
Canción que te recuerde a Madrid: Me es inevitable pensar en Joaquín Sabina y en su canción Pongamos que hablo de Madrid.
¿Cibeles, Neptuno, u otra fuente para los triunfos deportivos?: Siempre he sido de Neptuno, pero últimamente me da muchos disgustos [ríe].
¿Ha bailado un chotis?: No. Es que tengo unos pies demasiado grandes. Calzo un 48. Como para meterme en una baldosa estoy [ríe].
¿Qué tiene Madrid que no tiene otra ciudad?: Multiculturalidad, diversidad de gente. Además, todo el que viene a Madrid pasa a ser madrileño.
KILÓMETRO 0


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