Jose Sáez: «A la vida hay que venir a vivirla, a disfrutarla, a despeinarse y a ser feliz, y a llorar de risa, no llorar de pena, sino llorar de risa»
JOSE SÁEZ
Periodista, presentadora y escritora

María José Sáez Ramada (Valencia 1984) es, como ella se define, periodista, presentadora y narradora a tiempo parcial, y mamá a tiempo completo. Su rostro era el primero que, durante más de una década, cientos de miles de espectadores veían cada mañana mientras desayunaban, hasta que un buen día decidió salir de los focos y perseguir su sueño de convertirse en autora. Nos habla en esta entrevista de su primer cuento infantil, a, e, i, o, tú, recientemente publicado y nos regala un ejemplo de valentía inspirador en el que la importancia de atreverse a buscar la felicidad es la clave de todo.
De presentadora de informativo nacional de televisión a escribir un libro infantil ¿Qué tiene que ver la maternidad en ese cambio?
A ver, tiene que ver. En mi caso soy periodista, porque me encanta escribir, es lo que más feliz me hace. Y de repente te conviertes en madre también y llega un momento en el que una persona, mi padre, me dice que qué bonito sería que mi hija aprendiera a leer con un cuento escrito por su mamá. Entonces claro, cuando a ti lo que más te gusta es escribir y lo que más amas es a tu hija… juntar esas dos cosas, pues dije: ha llegado el momento.
¿Y qué tal está siendo la acogida?
Estoy súper contenta. Está siendo muy buena. Me están llegando muchas fotos, muchos comentarios de gente que ha comprado el libro y les está encantando. Yo estoy súper agradecida a Maya y a Bruno que son los protagonistas, que como dije cuando hice público que había sacado un libro, fueron mi ancla y mi vela en un momento de tu vida en el que no sabes hacia dónde ir, en un momento en el que estás un poco perdida y que igual el viento te lleva para aquí que te lleva para allí. Pues decidí agarrarme a ellos dos y centrarme un poco en el cuento, y para mí de verdad han sido terapéuticos Maya y Bruno.
¿De dónde viene la historia de a, e, i, o, tú?
Es una historia que yo ya tenía en mi en mi cabeza, no es una historia que me haya inventado ahora, sino que viene de largo. Es un cuento que me inventé con mi sobrina, que ahora tiene nueve años. Era una historia que yo le contaba, pero una historia que estaba en pañales, eran cuatro detalles… y entonces conforme fui teniendo sobrinos, fui incorporando cosas nuevas y la historia fue creciendo.
«Pensé, qué bonito sería que mi hija aprendiera a leer con un libro escrito por mí»
Y nace tu hija…
Eso es, cuando nació Altea, mi hija, le contaba ese cuento. Y entonces pensé, pues sí, qué bonito sería que mi hija aprendiera a leer con un libro escrito por su madre. Y me senté delante del ordenador y en una tarde escribí todo el cuento y me dije: pues ahora ya está, ahora ya que lo tengo, tengo que compartirlo con el resto del mundo, ya no es solo un cuento familiar sino para toda la gente.
Y cuéntanos, ¿de qué va el cuento?
Es un cuento que va sobre la amistad, pero la amistad entre dos seres completamente diferentes, porque los protagonistas son una niña y un ratón. Y los elegí porque muchas veces la gente se cree que solo puede ser amiga de alguien que es como ella, y para nada, puedes tener amigos de cualquier ideología, de cualquier parte… Quería hablar de esa amistad, sin importar que los dos no fueran iguales.
Pero también va sobre generosidad. En este mundo en el que vivimos en el que todo está tan individualizado que solo pensamos en yo, yo y yo, quería transmitir el valor del compartir sin pedir nada a cambio, el ser generoso e intentar ayudar a los demás, el disfrutar y ser feliz cuando ves al otro que también es feliz.

La autora afirma que los cuentos son para cualquier edad, de cero a cien años. / El Resurgir
Y todo ese mensaje de valores va dirigidos a los niños, pero entiendo que también, en cierto modo, hacia los padres ¿no?
La gente me pregunta: ¿y este cuento para qué edad es? Y yo respondo que para cualquier edad, porque los cuentos son de cero a cien años. Qué bonito es que un padre, o una madre, un abuelo o un tío se siente con un niño y le lea ese cuento.
Y esos valores, aunque van dirigidos a los niños, sí que es verdad que tienen esa cosita que a los adultos casi que nos afecta más que a los niños, porque somos más conscientes y sabemos leer entre líneas. Entonces sí quería, pues, que fuera dirigido para los niños pero que también tuviera esa cosita que nos toca la patata a los padres que es el tema de la generosidad, del compartir, y el ayudar.
Imagino entonces que a tu hija, desde bien pequeña, la estás inculcando el amor por los libros.
Para mí, mi gran logro en la vida creo que fue aprender a leer y a escribir. Aprendí a leer y a escribir desde muy pequeña, y soy periodista por eso, porque desde siempre me ha gustado mucho leer y me ha gustado mucho escribir. Y he escrito desde bien pequeña. Me inventaba cuentos, me inventaba historias. Y he querido transmitirle eso a ella también. Desde muy pequeñita, siendo bebé, me sentaba con ella y me inventaba cuentos, me inventaba historias…
A ella realmente lo que más le gusta son los cuentos. Y yo cuando la veo soy feliz, porque creo que hoy en día los niños con las nuevas tecnologías, las tablets, los móviles… Me digo: ¡por favor, que no se pierda el hecho de coger un libro con las manos!, pasar las páginas, leerlo, querer volver a cogerlo. Para mí es súper importante inculcarle eso a ella y dejárselo como como herencia.
«Un niño que lee será un adulto que piensa»
¿Y lo estás logrando entonces?
Ella es muy pequeña, tiene dos años y quizá cuando sea adolescente ya no quiera leer, pero ahora lo que está en mi mano es fomentar en ella ese amor por los libros.
Siempre me han preguntado que cómo así me he animado a empezar con un cuento infantil, pero es que me parece tan importante que los niños aprendan a leer desde que son bien pequeños… Un niño que lee, siempre lo digo, será un adulto que piensa. Un niño que lee será un adulto que, seguramente, devore libros. Y me parece tan importante que los niños aprendan a amar la lectura desde pequeñitos, que quiero hacerlo con mi hija y por ende con el resto de niños.
¿Qué consejo le da Jose Sáez a esos papás que tienen hijos que no quieren coger un libro ni en pintura?
Yo siempre digo que igual que a tus hijos les obligas un poco a que coman lo que no les gusta, o que hagan algo que no quieren, pues yo siempre digo que les ofrezcas libros, que les pongas en contacto con ellos.
Mi hija tiene una librería enorme ahí donde puede cogerlos, donde puede tocarlos, donde puede incluso romperlos o rayarlos. Es el simple hecho de tener ese contacto con los libros, el que los tenga ahí y que pueda cogerlos, aunque sea para experimentar, porque realmente no sabe leer aún ni sabe hacer nada, pero el hecho de tocarlos, de cogerlos, de ver los dibujos, es muy importante.
Hablando de dibujos, en tu libro, a, e, i, o, tú, las ilustraciones son una parte muy importante.
Súper importante. Son de una ilustradora catalana, Marina Bona, a quien no conocía de nada. La editorial me enseñó su trabajo y me enamoré de lo que hacía porque es fantástica. Y nada, hablamos una tarde y enseguida conectamos. Ella entendió perfectamente qué era lo que yo tenía en la cabeza y dio alma a los personajes. Y este cuento está teniendo ese éxito y a la gente le gusta tanto, creo yo que al menos en un 80% por las ilustraciones de Marina. Da igual por qué página lo abras que todas las ilustraciones son pequeñas obras de arte. A los niños les encanta sobre todo Bruno el ratoncito, aunque a mí me gusta más Maya, la niña, porque creo que tiene como más empaque. Pero a los niños les encanta Bruno.

Jose Sáez posando con su primer libro infantil, ‘a, e, i, o, tú’, de la editorial BABIDI-BÚ. / Jose Sáez
Debe ser difícil para la ilustradora dar vida a los personajes, porque para ti estaban muy interiorizados pero trasladárselos a ella no debe ser sencillo ¿Cómo lo lograsteis?
Cuando tienes tan claro en tu cabeza cómo quieres que sean y la otra persona es una profesional de su trabajo, pues con cuatro ideas que le di ella enseguida lo captó. Yo quería que Maya fuera una niña con mucha personalidad, mucho garbo, mucho empuje, pilla pero noble y ella enseguida lo captó. Y Bruno, que es más pequeño en edad que Maya, quería que tuviera esa inocencia, esa vulnerabilidad, porque está solo en la vida, porque es un ratoncito que no tiene a nadie pero que quiere cumplir su sueño. Entonces quería que los dos tuvieran personalidades muy diferentes, pero que a la vez fueran un tándem perfecto.
Como amante de los libros que eres, seguro que tienes algún libro que siendo joven te inspirara. ¿Alguno de tu infancia?
De mi más tierna infancia no tengo así ninguno en concreto que recuerde, pero ya cuando aprendí a leer cualquiera de Roald Dahl autor de Matilda. O por ejemplo Las brujas, que fue mi cuento favorito y ahora le pongo la película a mi hija y le encanta. También Charlie y la fábrica de chocolate. Me gustaba mucho también Cuando Hitler robó el conejo rosa, me encantaba todo lo que estaba relacionado con Ana Frank, era un poco friki de ella. Pero mis recuerdos en este sentido son de cuando ya sabía leer.
Bueno, pues entonces vamos a tu etapa actual, siendo madre, ¿algún libro que te haya funcionado bien con tu hija y que recomendarías a otros padres que tengan niños de más o menos la edad de la tuya?
Hay una iniciativa muy chula de la guardería a la que va mi hija, que es para fomentar la lectura y cada semana se llevan un libro a casa. Pues nos tocó Pulgarcito y claro, nosotros nos hemos criado con un tipo de cuentos infantiles que, ahora, cuando los relees siendo mayor dan horror, o sea, Pulgarcito es el cuento más horrible que te puedes leer, de unos padres que abandonan a sus hijos porque son pobres, es dramático. Y mira que yo le leo cuentos clásicos como Caperucita, Los tres cerditos… Pero sí que hay que tener cuidado e ir adaptándolos a los nuevos tiempos.
Y ahora realmente, pues le gusta mucho El monstruo de colores por lo visual que es. La cerdita Clea también le encanta, algunos libros de Sophie la girafe. Cualquiera de Rocío Bonilla la ilustradora, que me encanta y que tiene cuentos como Minimoni, La pandilla de los 11… Y por supuesto a, e, i, o, tú [ríe].
«Los niños son el futuro y hay que ponerles unos pilares básicos para que cuando sean adultos tengan la cabeza bien colocada»
Me has sorprendido mucho con lo del Pulgarcito, porque yo guardo el recuerdo de aquellos cuentos como muy inocentes. O sea que cuando los relees siendo adulto la cosa cambia ¿no?
Absolutamente, Hansel y Gretel, por ejemplo, con esos padres que abandonan a sus hijos y los rapta una bruja y se los quiere comer… O sea son cuentos que al releerlos ya de mayor dices… cómo hemos podido crecer con estos cuentos
Gracias a Dios ahora los cuentos que se publican, como los de esta editorial que elegí para a, e, i, o, tú que es BABIDI-BÚ, se centran mucho en los valores implícitos que se intentan transmitir con las obras infantiles, porque realmente los niños son el futuro y hay que ponerles unos pilares básicos para que cuando sean adultos tengan la cabeza bien colocada y tengan esos valores. Creo que ahora se ha crecido muchísimo con el tema de educar a los niños desde pequeños en valores que son muy importantes.
Esto ha sido tu primera incursión en el tema literario, ¿vas a seguir haciendo cuentos para niños o tienes incluso pensado dar el salto a la literatura para adultos?
Yo siempre estoy escribiendo, igual escribo columnas, artículos, … Tengo este cuento escrito, pero tengo muchos más, porque me encanta escribir. Me encanta inventarme historias y al final solo las decía de palabra y decidí que las iba a escribir porque tengo muy mala memoria, y digo, mejor las voy a escribir no sea que se me olviden. Así que tengo varios cuentos infantiles escritos.
Y tengo una novela, que ya se me está haciendo un poco bola [ríe abiertamente]. Pero sí, tengo una novela, ya tengo escritas 250 páginas y ese es el proyecto que realmente me hace muchísima ilusión. Pero tengo mucho respeto a los escritores, a las novelas. No me gustaría publicar cualquier cosa, quiero publicar algo que realmente me represente, me llene y que me sienta orgullosa de ello y para eso hay que hay que dedicarlo tiempo y hay que hacerlo bien.
¿Pero la leeremos?
Espero que sí [ríe a carcajadas]. Más pronto que tarde, espero que sí.

La presentadora nos cuenta que está abierta a volver a la tele si el proyecto es interesante. / El Resurgir
Has sido presentadora de informativos en televisión durante 11 años, además de los de primerísima hora de la mañana. ¿Qué es más agotador, levantarse tan pronto para ir a la tele o esta fase de mamá de una niña de dos años?
No sabría que decirte. Yo doy gracias a Dios cada noche, y digo… otro día que he sobrevivido [riendo]. Porque criar a una niña, aquí sola en Madrid, porque no tenemos familia aquí, somos de Valencia, es súper agotador sobre todo mentalmente el estar cuidando, el estar intentando educar, el estar motivando, el estar jugando con ella… es muy agotador. Aunque realmente, los informativos también tienen su cosa, porque levantarse a las tres de la mañana es muy duro también.
¿O sea que tablas?
Sí, yo creo que sí, empate, habría que ir a penaltis creo [ríe abiertamente].
Después de tantos años en televisión ¿echas de menos el estar en primera línea?
Sí. Yo salí de la calle, fui becaria, reportera… He ido subiendo escalón a escalón, poquito a poco. A las personas que nos gusta informar, esa adrenalina del directo nos encanta. A parte, el poder ser la primera cara que daba las noticias cada día es muy bonito. A mí me parecía que era súper bonito ese informativo. Es un horario que está un poco maltratado porque no es el prime time de las nueve ni de las tres, pero a mí me parecía que era súper importante porque la gente lo ponía para empezar el día un poco informado. Y sí, lo echo de menos. No el horario, porque eso no se puede echar de menos, pero sí echo de menos el poder informar, el poder entrar a las casas de los espectadores…
«Si me sale un proyecto volvería a la tele. Yo estoy abierta a todo y me apetece que la vida me sorprenda»
¿Y volverás?
Si me sale un proyecto sí, aunque en ese horario no [risas]. Pero si me sale sí. A mí me encanta la tele. Me encanta comunicar, me encanta contar historias. Ojalá fueran historias mejores, porque en los últimos años todo han sido malas noticias, pero yo soy un animal informativo, y sí, lo echo mucho de menos. Cuando has estado tantos años con esa rutina y esa rutina se corta, se echa de menos. Yo estoy abierta a todo y me apetece que la vida me sorprenda.
Pero no te has desconectado porque no paras…
Los periodistas diversificamos mucho, escribo artículos, estoy con el cuento, estoy con la novela, también estoy haciendo algo que, de repente, la vida me ha puesto delante que es la oportunidad de ser narradora de audiolibros, donde se junta el tema de narrar, de expresar, de comunicar, con la lectura y es una cosa que, la verdad, es que me encanta.
Jose Sáez es una mujer que decide dar un cambio importante en su vida para perseguir un sueño. ¿Qué le dirías a esas personas que quieren pero que no se atreven a perseguir los suyos?
Que lo hagan. Hemos venido a ser felices. No pierdas el tiempo con cosas que realmente no te hacen feliz. Y más con todo lo que hemos pasado de pandemia y todo esto. Yo creo que a la vida hay que venir a vivirla, a disfrutarla, a despeinarse y a ser feliz, y a llorar de risa, no llorar de pena, sino llorar de risa. Y a disfrutarla, porque tenemos tantas cosas buenas a nuestro alrededor que no somos conscientes, porque estamos tan metidos en el tema del trabajo, en el tema del éxito, que no vemos todo lo que hay alrededor, que es maravilloso. Pero estamos tan obcecados en eso que no lo vemos. No hay que tener miedo y hay que hacerlo.
Las doce campanadas
¿El sitio más bonito de Madrid? El Retiro.
¿Un lugar para comer bien en Madrid? Me pillas… ¿Sabes qué pasa? Que no como carne [risas]. Entonces tengo que descartar muchos pero, por ejemplo, cualquier sitio donde hagan un bocadillo de calamares bueno.
¿Plato madrileño preferido? Pues mira en Valencia es que no hay muchos huevos rotos y los descubrí aquí en Madrid y me encantan. No sé si es un plato típico aquí de Madrid [ríe a carcajadas].
¿Una calle, una plaza, o una zona de Madrid que te guste especialmente? El barrio de Las Letras, así que elijo la calle Atocha que es donde he vivido 11 años de mi vida.
¿Una canción que te recuerde a Madrid? La de Alejandro Sanz que dice: «En Madrid está lloviendo y todo sigue como siempre…». Porque cuando me vine a Madrid todo el mundo me la cantaba, porque siempre, en aquella época que me vine, estaba lloviendo. Y me viene esa esa canción porque me la cantaban mis amigos.
No sé si eres muy futbolera, pero ¿Cibeles, Neptuno u otra fuente para celebrar? Lo siento mucho pero me tira mucho Valencia [risas], no tenemos tantos títulos pero me quedo con Valencia.
¿Algún sitio para ir de fiesta? La Sala Sol. No sé si sigue abierta, porque hace mucho que apenas salgo, porque entre la pandemia y la maternidad… Pero me quedo con la Sala Sol.
¿Has bailado alguna vez un chotis? No, pero porque nunca me han sacado a bailarlo. Si me hubieran sacado lo habría bailado.
¿Te has comido alguna vez las uvas en la Puerta del Sol? En la Puerta del Sol no, pero sí muy cerca porque vivía al lado.
¿Alguna anécdota o situación curiosa que haya pasado en Madrid? Me han pasado tantas que no sabría que decirte [risas].
¿Sitio poco conocido de Madrid al que llevarías a un amigo? Me sorprendió mucho la Sierra de Madrid. Toda esa zona creo que para la gente que no es de Madrid es una gran desconocida y muy bonita. Y siempre que traigo a alguien, y puedo, los llevó a la Sierra porque es un paisaje completamente diferente al que te puedes encontrar en el Mediterráneo y me encanta.
¿Qué tiene Madrid que no tiene otra ciudad? Mucha vida. Madrid no duerme. Madrid tiene tantas cosas que no te la terminas, da igual que sea lunes, martes, miércoles que jueves, las doce de la mañana o las doce de la noche, que siempre hay algo que hacer y alguien dispuesto a hacerlo.
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