«Tenemos que ser zonas rurales del siglo XXI, pero sin perder la esencia y la riqueza de un pueblo como Madarcos»
EVA MARÍA GALLEGO
Alcaldesa de Madarcos

Eva María Gallego (PP) es la alcaldesa de Madarcos desde 2015. Desde entonces este pueblo, el de menor población de la Comunidad de Madrid, ha ganado habitantes gracias a la atracción de sus buenos servicios y a programas innovadores que han animado a la gente a acercarse al mundo rural. Trabajan en varios proyectos de futuro, algunos relacionados con el turismo y junto a otros municipios de Sierra Norte. Gallego anima a todo el mundo a acercarse a este pueblo donde aman y cuidan la naturaleza y un entorno que les da enormes satisfacciones.
Quedan pocos meses para las próximas elecciones. ¿Qué retos afronta como alcaldesa para este último tramo de legislatura?
Lo primero es no olvidarme de los proyectos que hemos iniciado, que las elecciones no sean esa meta final, no lo quiero vivir así. Y también es muy importante seguir buscando el bienestar para los vecinos de Madarcos a través de todas las subvenciones que tenemos en marcha bajo el PIR antiguo y con las altas nuevas del PIR. Todo eso se tiene que ir realizando. Por ejemplo, el tema de que todos los barrios tengan fibra óptica, llegar a las calles que llevan tiempo sin hacerse. Para mí es que las elecciones no son el reto final, sino una continuidad. Hay que tenerlas en cuenta, pero de todas formas en estos pueblos pequeños no es que se nos vaya la vida en ellas. Las elecciones están a 10 meses, pero no quiero que esa sea mi meta, sino dar a los vecinos lo que esperan de mí. Es decir, esos proyectos que ya has iniciado, esa atención para buscar el bienestar a través de la mejora de infraestructuras y que mis emprendedores, mi tejido empresarial, tenga lo necesario para poder seguir desarrollando su actividad.
Aunque no es muy agradable vamos a echar un vistazo al pasado, a aquella etapa de pandemia. ¿Cómo la vivió desde la Alcaldía?
Fue complejo porque nos enfrentábamos, igual que el resto de la gente, a una situación no vivida antes, esa incertidumbre, ese miedo, eran un montón de emociones juntas ahí revueltas. Esperaban de nosotros una capacidad de reacción, y cuanto antes mejor. A pesar de estar en esa situación tan compleja, el hecho de que Madarcos tenga pocos vecinos lo facilitó mucho. También tenemos un tanto por ciento de gente mayor que ha vivido la posguerra que ayudó y en cuestión de dos o tres días Madarcos organizó una red de ayudas en la que teníamos todo planificado… quién tenía que hacer compras, cómo las hacíamos, qué atención tenían que tener los mayores, cómo era el tema de las comidas. Y luego claro, al haber estas personas mayores que han vivido la posguerra tuvieron una reacción alucinante, tenían una despensa repleta, podían haber pasado 3 o 4 meses sin ir a comprar, eran ellos los que nos abastecían a nosotros. Tenían conservas de cardillos, de setas, de tomate… ellos habían vivido una situación no parecida, pero sí que estaban preparados para ello, y fue una ayuda enorme.
«En pandemia hicimos una acción muy bonita que se llamó Acción Sierra Norte y en cuestión de tres días llegamos a tener cerca de 300 voluntarios»
También ese aislamiento natural que tenemos del día a día nos ayudó emocionalmente. En Madarcos tenemos unas 65 personas censadas, vivimos unas 50 personas todos los días, entonces es más fácil de organizar, de controlar y de gestionar. Además, en la Sierra Norte en conjunto y como alcaldesa en este caso, también nos empezamos a mover. Hicimos una acción muy bonita que se llamó Acción Sierra Norte y en cuestión de tres días llegamos a tener cerca de 300 voluntarios. Fueron días que vivimos muy intensamente, sacaron con impresoras 3D de institutos piezas para hospitales, 300 voluntarios haciendo mascarillas, batas… Nos íbamos cargando las pilas con mucho miedo, con mucha incertidumbre. La pandemia nos ha traído muchas cosas malas, malísimas, hemos vivido la perdida de una señora mayor de aquí y fue muy duro perderla y, sobre todo, acompañar al marido porque no podíamos tener ese contacto. Pero también ha acelerado procesos y era la sensación de volver a la tierra, a las raíces, al sentido común, a lo más noble. Entonces yo creo que ha sido como un parón, lo que pasa es que el ser humano olvida muy pronto.

La alcaldesa apuesta por el futuro turístico del municipio. / María Andrea Parra
¿Llegan los fondos europeos de recuperación a municipios muy pequeños como Madarcos?
Madarcos ha presentado un proyecto europeo, porque a pesar de ser pequeño, tenemos el alma grande y soñamos a lo grande. También es verdad que a Madarcos últimamente le llegan regalos en forma de personas, solo hay que saber en ese momento escuchar lo que nos puede ofrecer y crear esa conexión. Hemos presentado un proyecto europeo a los Fondos Next Generation bajo el paraguas del proyecto Cuídame, pensado en los mayores. Es un trabajo de prevención y un cambio de mirada porque queremos cambiar la mirada del cuidado de los mayores y Madarcos va a poner su granito de arena en este cambio. Y como sueña a lo grande y tiene alma grande, a nivel de mancomunidad también hemos presentado junto con otra mancomunidad un proyecto relacionado con turismo, y ese sí que se nos ha concedido ya y son dos millones de euros que se van a quedar en la Sierra con la Mancomunidad del Valle Norte que gestiona residuos, turismo y el transporte a demanda.
«Los pueblos pequeños tenemos que demostrar que sabemos gestionar bien y sabemos poner en marcha proyectos, especialmente abanderando el tema de la despoblación»
En cuanto a la relación con las administraciones, ¿qué cosas tiene que pedir Madarcos a la Comunidad de Madrid y al Gobierno central?
Es verdad que en Madarcos nos somos muy pedigüeños, mi filosofía es que cada uno tenemos que hacer nuestros deberes. Es verdad también que en estos municipios de la Comunidad de Madrid tenemos la gran suerte de que desde el gobierno regional tienen el punto de mira de apostar por las zonas rurales y lo notamos a través de esos programas que vienen de la Comunidad de Madrid, ya sean el plan de rehabilitación, apostar por el transporte a demanda y todo el tema de las subvenciones que vienen por la despoblación. Entonces por parte de la Comunidad de Madrid es verdad que nos ponen todas las herramientas y apuestan por estas zonas. Luego están nuestros deberes, los ayuntamientos tenemos que trabajar también en ello, llevamos muchos años recibiendo a través de lo que antes era el PRISMA y ahora es el PIR un dinero para planificar nuestro desarrollo rural y se ha invertido. Si te das un paseo por los pueblos, ves que tenemos unas infraestructuras que te sorprenden, calles bien cuidadas, edificios. Es importante que no nos dejen de la mano, porque es verdad que si no, no vamos a ningún lado, pero también tenemos que demostrar que sabemos gestionar bien y sabemos poner en marcha proyectos, especialmente abanderando el tema de la despoblación. No nos tenemos que ir a otros sitios, tenemos modelos aquí como es Torremocha con un gran desarrollo rural. Ese pueblo lo cogieron con 100 habitantes y ahora está alrededor de 1.000, entonces ahí es donde nos tenemos que fijar e ir de la mano de la Comunidad de Madrid para que siga apostando. Es verdad que, por ejemplo, el plan de rehabilitación que se ha firmado el convenio hace unas pocas semanas, está hecho con el Ministerio y se firma a tres bandas. Pero nosotros canalizamos todo a través de la Comunidad de Madrid.
Volviendo a lo que estaba comentando de Torremocha, ¿cómo trabajan desde el Ayuntamiento para asentar la población, para que la gente que está aquí se pueda quedar? Y, por otro lado, ¿qué medidas lleváis para atraer nueva población?
Pusimos hace 3 o 4 años a las personas en el centro de atención. Ese trabajo ha sido lo que ha vertebrado todos los programas que se desarrollaban dentro del Ayuntamiento en materia de población. Por ejemplo, el plan de rehabilitaciones de la Comunidad de Madrid o el proyecto Arraigo. Con este último ponemos en comunicación familias urbanas que querían venir a zonas rurales y se hacía un trabajo con esas casas que llevaban cerradas mucho tiempo. Se visitaba a los propietarios, dándoles seguridad, diciéndoles que no se preocuparan que el Ayuntamiento está detrás. Ofrecemos un proyecto nuevo para que su casa esté habitada y no se pierda. Hemos podido rehabilitar casas, lo que, unido al proyecto Arraigo, y poniendo a la persona en el centro, ha dado sus frutos. Cuando vertebras todos esos programas poniendo a la persona en el centro, al final generas puestos de trabajo que lo que hacen es asentar población. La gente mayor es muy importante también porque lo que pretendemos con Cuídame es cuidarles el mayor tiempo posible en su casa, trayéndoles los servicios y cambiando esa mirada. Esto hace que cuando empiezan a tener unas necesidades, sus hijos que viven en Madrid no decidan llevárselo a su casa, porque aquí si se van los mayores se cierra una casa y no sabemos si se va a volver a abrir o no. Tenemos que tener esa mirada un poco más territorial de decir, tengo un proyecto que es la persona, que vertebra a todos los programas que hay alrededor y lo que estamos consiguiendo es que no se cierre una casa sino al contrario, que se abran casas con el proyecto Arraigo, que se puedan generar puestos de trabajo y se queden aquí a vivir. Y esta es la manera con la que Madarcos ha subido un 22%, hemos pasado de 47 habitantes a 65 y seguimos creciendo. Tenemos que ser zonas rurales de siglo XXI, pero sin perder la esencia de pueblo porque al final esto tiene una riqueza. Yo llamo a los mayores mi Wikipedia porque tienen tanta sabiduría, han pasado por tantos momentos, que como sociedad les tenemos que devolver lo que ellos nos han dado y todo lo que tenemos alrededor es gracias a su trabajo. Si Madarcos está ahora en la Reserva de la Biosfera, que hemos entrado hace poquito, es por esa cohesión perfecta del ser humano con el medio ambiente.
«Madarcos es ahora una tierra de oportunidades, somos una tierra por descubrir»
Y para aquellos que dicen de repente que les apetece irse a vivir al campo, ¿por qué venir a vivir a Madarcos?
Lo primero es el entorno en el que estamos, un entorno para mí privilegiado donde puedes pasear por el río o irte a dar una vuelta por la montaña. Es verdad que tienes que disfrutar de ese aislamiento natural, donde para ti dar un paseo por el campo por la noche buscando luciérnagas lo pongas en valor. Lo que te da el campo, escucharle, y no solo el grillo o el pájaro que canta, sino todo lo que te ofrece, ya eso es indiscutible si tu cabeza, tu cuerpo y tu alma están preparados. Ahora yo soy la alcaldesa, pero aunque no fuera alcaldesa eres vecina y puedes venir a mejorar la vida de alguien con muy poquito, solamente con llegar a ver a Tomasa por la mañana y decirle: buenos días Tomasa, ¿a dónde vas, a las gallinas? Aquí no eres el vecino del quinto que no sabes si te has cruzado en el ascensor. A lo mejor te vas a cruzar con Tomasa un ratito por la mañana, pero le preguntas cómo está, qué necesita. Aquí sabes que formas parte de una comunidad, es un cuídame mutuo. El otro día fue mi cumpleaños y me han regalado una bolsa de rosquillas hechas por Tomasa, y vino otra persona y me trajo una bolsa de fresas. Hace tres o cuatro años no teníamos fibra, pero ahora somos tierra de oportunidades, somos tierra por descubrir.

Una de sus apuesta es la lucha contra la despoblación. / María Andrea Parra
Hablando de los municipios vecinos, ¿se cumple el dicho de que la unión hace la fuerza? ¿La asociación de los pueblos cercanos a ti es buena? ¿Os lleváis bien?
Hay una relación buena, es verdad que aquí no hay colores. Hay momentos puntuales que si que se pueden ver los partidos, pero por lo general no hay colores, nos sentamos a tratar un tema y el objetivo es para todos el mismo. Depende de dónde estés llamas a una puerta o actúas de una manera, pero por lo general hay una buena conexión. Es verdad que dentro de los municipios hay diferentes ayuntamientos con una mirada más territorial, más individualista, pero mi filosofía es que no nos pare eso. Por ejemplo, cuando nos iniciamos en el proyecto Arraigo yo sabía que Madarcos tenía que ser generoso porque teníamos 3 o 4 casa cerradas e íbamos a abrir 2 y sabíamos que otros pueblos necesitaban ese proyecto para abrir más casas entonces empezamos muy poquitos pueblos y ahora ya han crecido. El ensayo y error lo haces tú y luego ya si sale bien, bien, pero teniendo eso claro avanzamos. Nos queda mucho por hacer, tenemos que tener más mirada territorial, estar más orgullosos de lo que pasa en el pueblo de al lado porque también es parte de mi trabajo.
«Si vienes a escuchar el campo te vas a dar cuenta de todo lo que te ofrece»
Dentro del aspecto turístico, ¿qué tiene Madarcos para elegirlo como destino un fin de semana?
Madarcos hace tiempo era como el eterno desconocido, pero desde hace un tiempo está latiendo mucho en la Sierra, se está escuchando en Madrid por todos estos proyectos, hemos ido de la mano con el Instituto de Empresa, hemos estado en el South Summit, no nos hacen pequeñitos, al revés, nos crecemos con nosotros mismos. Entonces Madarcos lleva un tiempo ya latiendo en la zona y aparte del entorno que ya he comentado, te vas a encontrar cosas tan innovadoras como tomar una tablita de salmón ahumado con el río de fondo. También te puedes venir a hacer un curso a la Escuela de hostelería. También en la Fragua destacan los alojamientos turísticos, su apuesta por el producto local con carnes de cooperativas de aquí de la zona. Pero sobre todo la gente, es un pueblo que no es de paso, para venir con niños es ideal porque apenas hay tráfico. No es un lugar de paso y tienes los ingredientes perfectos para pasar un fin de semana disfrutando, buscando rincones de tranquilidad y si buscas relacionarte, en el bar siempre te vas a encontrar una palabra amiga. También puedes hacer rutas y paseos por el río y la montaña con rincones llenos de ganadería para disfrutarla. Si vienes a escuchar el campo te vas a dar cuenta de todo lo que te ofrece. Cuando mis hijas estudiaban Ciencias, nos íbamos al río a buscar renacuajos y al campo a buscar saltamontes. Ya no es solo esa paz y esa tranquilidad, sino todo lo demás. Si vienes con niños y vas a dar un paseo seguro que hablas con gente que tenga animales. Yo tengo vacas por ejemplo, y cuando viene gente me gusta y les dejo que las den de comer.
¿Se va a presentar a la reelección?
Sí, queda mucho por hacer y tengo que dejar mi proyecto de Cuídame bien hilado para que nadie lo pueda modificar. Yo quiero tener la oportunidad cuando sea mayor de sentir que hemos podido cambiar la mirada de los mayores.
De cerca
Un alcalde, ¿nace o se hace? Yo creo que se hace. Lo que sí es cierto es que yo creo que toda la gente que nos dedicamos a esta administración tan cercana creo que tenemos una ‘tara’ y es la de ayudar a los demás, yo lo siento así. Es verdad también que yo no vivo de la Alcaldía, vivo de las vacas, de mi trabajo que es la ganadería. Incluso hay veces que aparcas a tu familia por buscar ese bienestar conjunto.
¿Qué aficiones tiene? Primero fuera de casa. Ir a ver a mi familia a Murcia. Yo he vivido 15 años en Murcia y tengo allí a mis padres y a mis hermanos, y también viene bien ir a la costa para recargar. Hay que ir a la civilización de vez en cuando, mis hijas antes no sabían, por ejemplo, utilizar un telefonillo o no sabían cómo eran las maquinas de bolas.
Y, ¿en casa? Yo tengo un rincón con una sillita de mi madre que me trae mucho cariño y me gusta leer ahí. Intento ir sin decir a dónde voy, porque de otra manera es imposible.
Un lugar de la Comunidad de Madrid que le guste. Si yo me tuviera que ir de Madarcos, me iría a vivir a Tres Cantos, me gusta y de hecho una de mis pequeñas juega allí al futbol y me gustan esas calles amplias, arboladas, me llama la atención ese municipio.
Y, ¿fuera de la Comunidad de Madrid? Si tuviera que irme de aquí, mi destino sería Riaza, un pueblo no tan pequeño como Madarcos pero que guarda mucha esencia de pueblo.
¿Ha hecho el viaje de su vida? Está por hacer todavía. Tengo que convencer al 50% que vive conmigo y me gustaría hacer un viaje por Europa en autocaravana. Ya los tengo medio convencidos.
¿Es de ponerse el delantal? Cocino por supervivencia porque tengo 3 hijas. Pero lo he dicho siempre, mi casa sería un bar de carretera de estos que te echan el filete. Mi marido sí que sería un chef de restaurante.
Delate del plato, ¿ante cuál no se resiste? Si me dices de qué alimento me alimentaría toda la vida te diría que el queso. Todo lo que lleva queso me gusta, y si es fuerte aún más. Por ejemplo, esos quesos manchegos que al cortarlos se te desmigajan. Y luego ya platos que van con emoción, la paella de mi madre, que es algo que se lo he trasmitido a mis hijas, el plato de la abuela Toñi, un plato sencillo porque lleva pollo, pimento rojo y pimiento verde.
¿Logra conciliar con su vida personal y familiar? Aquí en estos pueblos nunca te quitas el traje, eres alcaldesa las 24 horas porque al final los vecinos te buscan para que les ayudes. A lo mejor el problema que tienen es que la farola de su casa no les luce bien y no pueden entrar a casa, o que no tienen agua suficiente. Estás ahí todo el rato. Pero es tan cercano que no lo tomas como un trabajo como tal. La familia al final pasa un poco de factura porque si quieres hacer las cosas bien tienes que dedicarle tiempo, ir, aprender. Mis primeros 4 años como alcaldesa me los he pasado aprendiendo y desaprendiendo, a nosotros no nos dan un maletín, tienes que aprender si quieres hacer las cosas bien y con cariño, y eso requiere mucho tiempo. Pero, al final, una de las cosas de las que más orgullosa me siento es del ejemplo que les estoy dando a mis hijas. Da igual dónde te encuentres, aunque sea en el pueblo más pequeño de la Comunidad de Madrid, si la inquietud la llevas dentro puedes conseguir cualquier cosa. A nivel personal, ser alcaldesa me está poniendo en situaciones que en mi vida y en el día a día no las iba a encontrar, sé un poquito de arquitectura, un poquito de calle y ese es el ejemplo que le quiero dar a mis tres hijas. Hasta el otro día me decía mi hija pequeña que cuando tuviera 18 años iba a ser alcaldesa, y tenía hasta el programa de fiestas en la cabeza. Con eso es con lo que me quedo, con que sueñas a lo grande. Y una anécdota relacionada: En plena pandemia, como iniciativa propia de las tres niñas mías, se vistieron las dos mayores con los trajes típicos de bailar jota y la tercera iba con un altavoz y fueron casa por casa desde la ventana llamado a los vecinos para que se asomaran y les bailaban las jotas. Yo, cuando vi esto, pensé, me vale ya todo.
CERCA DE TI


Varios centros educativos exponen más de 20 proyectos sobre el derecho de la infancia y la adolescencia
MADRID RESURGE


Esta es la webcam de la Sierra de Guadarrama que se encarga de la vigilancia de las aves durante la crianza


Mercado La Despensa de Madrid: conoce los productos locales de la región y disfruta la mejor calidad


Programan talleres sobre seguridad digital para personas mayores de 60 años
VIVE MADRID


Adéntrate en la ruta de castillos en Madrid y viaja a la era medieval


Llega el videojuego Diablo 4, el juego de rol por excelencia que no te querrás perder
KILÓMETRO 0



