Leo Rivera: «’7 vidas’ fue como un puto regalo porque tenía un reparto increíble. Para mí fue una escuela»
LEO RIVERA
Actor

Leo Rivera (Talavera de la Reina, 1980) es actor desde los 19 años. Ni siquiera él sabe qué le gusta más: reír por sí mismo u obligar a los demás a que lo hagan. Puede que su don para la comedia resida en la sonrisa que se dibuja de forma permanente en las comisuras de sus labios, o quizá es que ha aprendido el oficio de la mano del prestigioso director de musicales Ricard Reguant. El caso es que es un buen intérprete. Así lo atestigua su extensa trayectoria profesional, tanto en los escenarios como en las pantallas. El nuevo lo año lo inicia en el Teatro Maravillas. Charlamos con él sobre las funciones en las que actúa: Lotto, El Nombre, Laponia, Yo soy Hamlet…etc.
Este 2023 has vuelto a la cartelera del Teatro Maravillas para interpretar a diversos personajes en al menos cuatro obras distintas. Debes de sentirte un poco camaleónico… ¿Es dificultoso cambiar tan a menudo de color de piel?
La verdad es que no. Para mí es un privilegio poder tener unos papeles tan diversos. Es una de las razones por las que me hice actor. No obstante, he de reconocer que tengo un truco, porque ya había hecho antes todas las funciones que hemos ensayado para esta temporada… La única excepción es El Nombre, pero en cuanto a las demás solo tengo que abrir el baúl donde guardo mis recuerdos.
¿Cómo ha acogido el público las nuevas ediciones de tus espectáculos?
Muy bien. Por ejemplo, esta última que he mencionado es una versión diferente de la que hizo Amparo Larrañaga en el Teatro Alcázar hace unos 6 años, aunque nos ha ido genial. Llenamos la sala todos los días, y eso que la función es a las 18:00 horas en los días más complicados de la semana: martes, miércoles, jueves…

(De izquierda a derecha): Leo Rivera y Gabriel Olivares. El entrevistado es uno de los protagonistas de ‘Yo soy Hamlet’. / ERM
¿Los actores también le habéis abierto los brazos?
Claro. Nos ha sorprendido mucho lo bien que funciona. No es de las que provocan grandes carcajadas momentáneas, sino de las que transmite una risa continua en un código muy natural que hace que la gente se enganche desde el principio.
La mayoría de las obras que protagonizas pertenecen al género de la comedia. ¿Te gusta hacer reír a los demás?
Sí. Soy un payaso desde que empecé a andar.
«Estoy cómodo donde sea. Lo que pasa es que suelo hacer comedias porque es para lo que más llaman»
A lo mejor nunca te ha atraído demasiado porque es su rival más inmediato, pero, ¿te verías protagonizando una tragedia?
No me importaría. De hecho, he actuado en obras con un poquito de drama. Yo soy Hamlet es una de ellas. En realidad, el género es lo de menos. Estoy cómodo donde sea. Lo que pasa es que suelo hacer comedias porque es para lo que más llaman.
También has participado en diversos proyectos cinematográficos a lo largo de tu trayectoria profesional. ¿Se nota la diferencia entre el hecho de que el público te contemple a través de las cámaras?
Mucho. En mi caso, cuando hice la primera serie grande, 7 vidas (1999-2006), llevaba desde los 19 años haciendo teatro y no había parado. Sin embargo, una vez que te metes en las casas de la gente, es otra movida. Recuerdo que, a la semana de salir por primera vez en la televisión, me reconocía todo el mundo. Y yo pensaba: «pero, ¿qué ha pasado?».
¿Te reconocías a ti mismo?
Sí. Yo no había cambiado. Lo que pasa es que ahora me conocía la gente.
¿Qué te has llevado contigo de esa experiencia?
7 vidas fue como un puto regalo porque tenía un reparto increíble. Para mí fue una escuela. Todos los compañeros eran titanes: Gonzalo, Amparo, Santi… Yo llegué allí de nuevas y me acogieron como al niño pequeño. Me enseñaron un mogollón de cosas.
Has dicho que empezaste a trabajar en este mundo con 19 años, por lo que llevas en él más de 20. ¿Cómo lo lograste?
Con suerte. Yo empecé a estudiar en la escuela Memory de Ricard Reguant, un director que ha hecho un montón de musicales. Me contrató pasado un año de mi inscripción. Mi primer curro fue Pipi Calzaslargas. A partir de ahí, los trabajos empezaron a llamar a la puerta.
Lo que ocurre es que yo tuve la suerte de que Ricard se fijase en mí. El problema es que, si no la tienes, es difícil que te cojan. Yo tengo alrededor compañeros muy buenos que no han tenido la oportunidad que yo tuve y a los que les ha costado más tiempo llegar hasta aquí por eso.
«Durante tres años, tú haces una función y cada día encuentras algo diferente, elementos nuevos, detalles… Y cuando crees que ya la estás haciendo bien, se acaba»
¿Hay algo relacionado con el ramo que todavía no sepas?
Muchas cosas. Nunca se aprende del todo. Cuanto más sabes, más te das cuenta de lo que te queda por saber. En el teatro pasa una cosa muy curiosa. Durante tres años, tú haces una función y cada día encuentras algo diferente, elementos nuevos, detalles… Y cuando crees que ya la estás haciendo bien, se acaba.
¿Puede sorprenderte alguna situación?
Es probable, pero me encanta la posibilidad. Y eso que me han pasado muchas cosas: he tenido que parar la función por un ataque de epilepsia, se ha caído el decorado… A ver, es que son muchos años. Nos ha pasado de todo, y casi seguro que me pasarán más cosas.

Rivera se siente agradecido por poder hacer tantos papeles tan distintos entre sí. / El Resurgir de Madrid
¿Quieres decirle algo en especial a tu público?
Venid aquí de lunes a domingo, que os hago la que queráis. Si estoy todos los días…
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Sitio más bonito de Madrid: El Palacio de Oriente.
Una tarde cultural en: En cualquier teatro.
Un lugar para comer bien: La Posada del Nuncio.
Su monumento preferido: El dragón de La Elipa.
¿Se ha comido alguna vez las uvas en la Puerta del Sol?: Todavía no. Cuando vivía con un compañero de piso fue él, y no pudo volver hasta las 6:00 a casa. Así que yo dije: «Bueno, más adelante» [ríe].
Un plato, alimento o producto madrileño: El cocido.
Una calle: Me quedo con la plaza de la Paja.
Sitio desconocido de Madrid al que llevarías a un extranjero: Le llevaría a cenar a la terraza del Hotel Riu…
Canción que te recuerde a Madrid: Cualquiera de Nirvana, que lo escuchaba mucho cuando empecé a salir por Malasaña.
¿Cibeles, Neptuno, u otra fuente para los triunfos deportivos?: Cibeles.
¿Ha bailado un chotis?: Seguro. Soy muy bailón. Aunque no recuerdo ocasiones concretas… [ríe].
¿Qué tiene Madrid que no tiene otra ciudad?: La vida, la calidad humana que tiene su gente. Aquí todos te reciben con los brazos abiertos.
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