María De Mondo: «Hay que tomar el riesgo de hacer lo que nos hace felices porque, supuestamente, solo tenemos esta vida»
MARÍA DE MONDO
Coach ontológica y creadora de contenido sobre paz interior

María de Mondo es coach ontológica y creadora de contenido sobre paz interior, con un enorme éxito en redes sociales. Convencida de que el éxito en la vida es estar en paz, nos habla de su libro, Yo, Ego (HarperCollins, 2023) que define como una guía para dejar de sufrir, conectar contigo mismo y alcanzar la paz interior.
María, para aquella gente que no te conozca. ¿Quién es María De Mondo?
Soy María, SOY por encima de todo, y hago muchas cosas… y una de ellas es crear contenido sobre paz interior. Pero realmente si hay que poner etiquetas, soy coach ontológica, aunque en mi antigua vida estudié Derecho y Dirección y Administración de Empresas. Me dedico a acompañar personas de forma individual y grupal en sus objetivos de vida. Estoy muy enfocada a la paz interior, yo siempre digo que el éxito en la vida es estar en paz. Y suelo hablar del ego, de relaciones personales y del amor propio, que está todo súper vinculado.
Empezaste tu vida profesional con un concepto muy distinto al actual, como nos has mencionado, y un día decides dar un giro total y cambiar el rumbo. Para toda la gente que siente esa necesidad de romper con todo, ¿qué les puedes recomendar?
Para mí lo más importante fue buscar mi felicidad, obviamente siempre va a haber miedos, siempre va a costar salir de la zona de confort, siempre vas a tener inseguridades, vas a recibir muchos comentarios y opiniones ajenas que te pueden condicionar. Pero cuando tú conectas contigo misma a través de preguntas como: «¿qué es lo que realmente me haría feliz o creo que me haría feliz?, ¿qué es lo que realmente a mí me da paz?, ¿qué es lo que realmente haría en la vida, por ejemplo, si fuera multimillonaria?… Hay que tomar el riesgo de hacerlo porque, supuestamente, solo tenemos esta vida, que nosotros sepamos. ¡Qué menos que crear tu propia vida!, ¡qué menos que hacerte responsable de tu bienestar y de tu felicidad! Trabajarse mucho el ego, aquí está la clave para mí de todo, para que no nos condicione, para que no nos limite y que podamos actuar y decidir libremente.

María De Mondo durante la entrevista y grabación del podcast con El Resurgir de Madrid. / Paola Gómez
Has publicado un libro, ‘Yo, ego’, que tiene el siguiente subtítulo: Una guía para dejar de sufrir, conectar contigo mismo y alcanzar la paz mental. ¿Cómo se consiguen estas tres cosas?
Esas tres cosas realmente son lo mismo, porque para conseguir tu paz mental y dejar de sufrir necesitas conectar contigo mismo. En mi propio proceso, cuando yo hice este cambio de 360 grados, fue porque tuve una crisis existencial y dije: «No soy feliz, ¿¡qué narices estoy haciendo con mi vida!?… He conseguido mis objetivos y no soy feliz». Ahí empezó mi propio camino de autoconocimiento, porque había vivido desde mi ego, que al final es vivir condicionada por todo mi exterior, lo que me habían dicho mis padres qué era lo mejor, mi familia, mi entorno, mi cultura, la sociedad en la que vivía o me desenvolvía… Y nunca me había preguntado honestamente, «¿qué es lo que tú quieres?, ¿qué es lo que tú sientes?». Ahí empezó este camino de autoconocimiento, que me llevó a hacer click y comprobar que no estaba haciendo nada que yo realmente quería hacer sino que estaba haciendo lo que supuestamente debía hacer o lo que me habían dicho que era lo mejor que tenía que hacer. Entonces, empecé a conectar conmigo, empecé a estudiarme, empecé a estudiar… Ahí es donde me formé como coach, ahí es donde estudié meditación, mindfulness, empecé la carrera de Psicología e hice mi propio proceso. Y sigo en él, porque esto es para toda la vida.
«Detrás del sufrimiento está el ego»
Cuando empecé a trabajar con clientes y ya me introduje muchísimo más en el mundo del ego, a nivel estudio, comprobé que detrás de cada objetivo está el ego. Detrás del sufrimiento de todas estas personas, que puede ser de pareja, de trabajo, de crisis existencial, de amigo, de lo que sea… está el ego. Empecé a trabajar con mis clientes con el ego, les expliqué lo que era, cómo estaba influenciando o afectando a su propia vida, que ellos lo pudiesen experimentar y ver y enseñarles a cómo podían empezar a conectar consigo mismos o a escuchar esa voz realmente interna que tenemos todos, que es la voz que nace desde el amor, desde la bondad, desde la pureza… y no desde el miedo, que es la voz del ego.
Y por eso ese subtítulo, porque la gente se piensa que el ego es ser una persona soberbia, pero yo siempre pongo el ejemplo de que la persona más insegura del mundo está siendo insegura desde su ego, porque al final son las creencias que se ha formado sobre sí mismo. Ser soberbio no es ego, es una parte de un estilo de persona, pero el que se siente la persona más miserable del mundo, que no tiene ningún tipo de valor, que su vida es lo peor, también es desde su ego. Para mí era importante dejar claro que trabajar el ego significa dejar de sufrir, porque detrás de nuestro sufrimiento está el ego en cualquier pequeña cosita. Y es lo que intento transmitir en el libro para que se pueda identificar y ver (el ego).
Tú hablas del ego como del falso yo, es decir, quién creemos que somos pero que en realidad no somos. ¿Cómo se come esto?
Cuando naces, empiezas a recibir un montón de influencia externa, empezando por tu familia, tus padres… Te empiezan a decir cómo eres, a poner etiquetas, a decir qué está bien y qué está mal, qué es correcto y qué es incorrecto, cómo es la mejor forma de vivir la vida, qué es lo que deberías hacer. Eso genera una desconexión con tu verdadero ser, porque empiezas a formarte a ti mismo y a cómo ves el mundo desde todo lo que vas escuchando y observando desde tu exterior, pero no miras en tu interior.
¿Yo por qué estudié Derecho y ADE? A mí me daba igual el Derecho y la Dirección y Administración de Empresas… pero era un doble grado… iba a tener muchas salidas profesionales… iba a tener cierto estatus… cierta economía… Pero, ¿a mí me esto me interesa?, ¿he mirado mi yo y qué es lo que yo quiero hacer? No. Me he dejado guiar y crear por lo que me han dicho. Pero entonces yo estaba convencida, que yo quería estudiar eso, lo tenía clarísimo.
«La clave es saber diferenciar cuando es tu ego el que está hablando. Si el pensamiento o la decisión o el acto viene desde el miedo, es tu ego»
Me parece muy interesante aclarar que el ego no es esa vanidad sino que es algo totalmente distinto. Que realmente es esa imagen ficticia que tenemos de lo que deberíamos ser o de lo que creemos que somos. Pero que en el fondo esta desconexión con la realidad de lo que verdaderamente somos sucede por no escucharnos a nosotros mismos ¿no?
Claro, para mí la clave es saber diferenciar cuando es tu ego el que está hablando y cuándo es tu verdadero ser.
¿Algún truco para diferenciarlo?
Si el pensamiento o la decisión o el acto viene desde el miedo, es tu ego. Por ejemplo, no sé si dejar este trabajo… ¿Sí o no?, ¿el sí es desde el miedo o ese es desde el amor?, ¿el no es desde el miedo o es desde el amor? Al final, la mayoría de nuestro sufrimiento se origina en el miedo y ahí es donde el ego toma partida, porque el ego se ha formado su realidad, está muy a gusto en su zona de confort, aunque sea mala, pero es donde él se maneja, sabe lo que va a pasar, cómo tienes que reaccionar… y no le mola nada que le saques de su zona de confort. Para mí, la forma fácil de identificar al ego, y en el libro podréis encontrar ocho mil ejemplos, es: si es desde el miedo, es el ego.
Otra clarísima señal es cuando estás sobre considerando la opinión de los demás, cuando te tomas las cosas de forma personal, cuando te afecta lo que los demás digan de ti. Otra vez el ego, que se ha formado del exterior y por tanto ¿qué es lo que le importa? El exterior, cómo eres visto.
«Por mucho que todo el mundo te diga no, tú debes ser capaz de creer que es un sí y tirar por tu sí, ser fiel a ti mismo»
¿Y cómo podemos evitar que nos importe la opinión de los demás, en este mundo tan absolutamente híperjuzgado, con mil ojos en las redes sociales?
Es tremendo porque cada vez nos lo ponen más difícil… Para mí, es a través de esta conexión con el ser. El ser genuinamente tú, el que tu opinión esté por encima de la opinión de los demás para ti. No que tu opinión sea mejor que la de los demás, eso es ego, sino que ante una toma de decisiones, como decíamos antes, por mucho que todo el mundo te diga no, tú seas capaz de creer que es un sí y tirar por tu sí, ser fiel a ti mismo.
Por ejemplo, yo estudié Derecho y ADE, pero empecé otra carrera anteriormente que dejé a los tres meses. Cuando dije que iba a dejar esa carrera no hubo un alma en el planeta Tierra que me apoyó… Todo el mundo me decía que si estaba loca, que cómo iba a dejar la carrera…. Presión constante. En ese momento yo decidí escucharme a mí misma y decir «no quiero seguir aquí, esto no me hace feliz» y a pesar del que dirán, a pesar de las opiniones o condicionamientos externos, yo soy fiel a mí misma y hago lo que quiero.
Esas decisiones requieren de una mezcla de valentía e inconsciencia ¿no?
Así es. Cuando yo decidí dejarlo todo me fui un año a vivir a Argentina solo con billete de ida, y mi entorno, que en ese momento eran compañeros de trabajo o compañeros de la universidad sobre todo, la frase que más me repetían era «vaya huevos». Pero es que yo no lo viví así, yo lo viví diciendo: «¡Todo lo contrario! Vaya huevos sería quedarme en esta mierda de vida que me he construido y que no me pertenece. Yo me voy y me voy feliz porque voy a hacer lo que quiero, como quiero y cuando quiero. Para mí no son huevos, es realmente lo que tengo que hacer. Y quedarme aquí sería condenarme completamente». No sé, quizás sea porque soy una persona que nunca ha tenido miedos, ahora me han venido con la maternidad a lo mejor, pero siempre he tirado para adelante con todo, porque miedos he tenido muy pocos, y por eso a lo mejor no me costó tanto tomar esta decisión.

María De Mondo afirma que detrás del sufrimiento está el ego. / Paola Gómez
Lo que pasa es que hay que tener claridad para identificar ese mundo en el que quizá no quieres estar pero sin embargo estás, y además aparentemente cómodo. Es fácil confundir la comodidad con realmente el bienestar.
Para mí es escuchar tu emoción, ¿cómo te estás sintiendo?, ¿te sientes bien con tu vida¿, ¿te sientes completo?, ¿te sientes realizado? Yo no tenía ni idea de lo que iba a hacer, ni lo que quería hacer. Yo me planté. Crisis existencial: «¿Que estoy haciendo? He conseguido mis objetivos y no soy feliz. ¿Qué me gusta? y ¿qué quiero hacer?» No tenía ni idea. Empecé a investigar y a conocerme.
Me vino genial estar un año en Argentina porque estaba muy sola. Me fui a hacer voluntariado. Porque ante la pregunta de qué me gusta, no tenía respuesta, ni idea, pero la consultora donde yo trabajaba tenían una fundación donde colaboraban con un proyecto de niños con cáncer. Una vez a la semana o una vez cada dos semanas te dejaban ir al hospital a hacer el voluntariado, y me apunté y yo lo único que sabía en ese momento de mi vida era que me levantaba feliz cuando tenía que ir al hospital a jugar con los niños. Y decidí seguir haciendo voluntariado y en lugar de hacerlo aquí en Madri irme a otro tipo de voluntariados, a lo mejor un poco más complejos, y me puse a investigar y me fui a Argentina, y ahí estuve un año hasta que se me acabó el dinero, y me volví.
«Tu amor propio está condicionado por las heridas de la infancia, que son el abandono, el rechazo, la humillación, la injusticia y la traición»
He estado cotilleando en tu web y he visto que haces talleres relacionados con temores de la infancia. ¿Nos puedes contar un poco más algo al respecto?
Este taller va a desaparecer este mes de julio porque estoy haciendo una reordenación y actualización de servicios. Pero te cuento. Las heridas de la infancia es algo tremendamente importante, porque además, las heridas de la infancia tienen que ver con cómo es nuestro ego a día de hoy. Las heridas de la infancia es un término que acuñó la norteamericana Lise Bourbeau, y ella identificó que todos los seres humanos las tenemos. Son el abandono, el rechazo, la humillación, la injusticia y la traición. Estas heridas nos van a condicionar mucho en nuestra forma de ver la vida y en nuestra forma de relacionarnos con los demás. Nuestros miedos van a tener mucho que ver con estas heridas de la infancia, así que me puse a investigar también este tema.
Lise Borbeau dice que se desarrollan en una etapa muy temprana de la edad, pero para mí, puedes tener una herida de la infancia con 15 años y con 25 también, porque te pueden hacer mobbing en el trabajo, puedes tener una ruptura que te hunda y genere un rechazo brutal sobre tu persona… Empecé a investigar sobre esto e hice un taller sobre amor propio, donde las mencionaba. Y es que tu amor propio va a estar condicionado por las heridas de la infancia. Si tú has sentido rechazo por parte de tus padres, te insultaban, no validaban tus emociones, no te escuchaban… al final tu amor propio va a estar un poco jodido, porque no te vas a validar a ti mismo. Entonces, triunfó tanto esa parte del taller, que me pidieron un taller solo de heridas de la infancia, y ahí lo hice y gustó mucho, pero como te digo desaparece porque estoy creando algo nuevo.
Me parece curioso esto que hablas de las heridas de la infancia, porque en el fondo forman parte del aprendizaje. Quizá haya que desmitificarlas un poco y ayudar a la gente a que entienda que es necesario sufrirlas y que se superan, sanan ¿no?
Claro. Nadie tiene unos padres perfectos, todos tenemos heridas y, como padres, también crearemos heridas sin querer a nuestros hijos. La gente tiende a pensar que son grandes traumas en la vida como un abuso, como un abandono completo, pero a lo mejor es simplemente que tu padre no estuviese en casa porque tenía que trabajar para darte de comer. Y eso ya puede generar una herida de abandono. O un simple comentario que de repente hizo tu madre en un momento tuyo más vulnerable, que perdió la paciencia y te dijo que eras un inútil, y eso te generó la idea de rechazo o de humillación. Hay que hilar muy fino para identificarlas, pero sí que con cómo se manifiestan puedes empezar a identificarlas y empezar a sanarlas.
«Egocéntrico es pensar que lo que hacen y dicen los demás tiene que ver contigo. Pero no. Lo que hacen y dicen los demás tiene que ver con cómo son ellos»
El ego, el elemento principal de tu libro, dices que es el principal obstáculo para conseguir la felicidad.
Para mí es el único responsable de nuestro sufrimiento. Nuestra emociones, excepto las emociones instintivas como por ejemplo que aparezca un león y tengamos miedo, que es una emoción de supervivencia, la mayoría de emociones, decía, no son instintivas de supervivencia, sino que vienen provocadas por un pensamiento. Un ejemplo. Imagina que llego 15 minutos tarde a esta reunión. Tú entonces piensas que es una falta de respeto a vuestro trabajo. Ahí tienes el pensamiento, pero lo que te enfada no es el hecho de que yo llegue tarde, te enfada que te parece una falta de respeto que yo llegue tarde.
Cuando hacemos esta evaluación de cómo me siento, qué me ha provocado este sentimiento, no es que no me conteste a un mensaje, es que siento que no me valida lo suficiente, que no me quiere lo suficiente, que no me respeta… Es esa interpretación que hacemos del hecho lo que genera nuestro sufrimiento y, cuando tú analizas esa interpretación, cuando tienes al ego calado, te das cuenta de que es tu ego, que se está sintiendo herido, que se está sintiendo rechazado, porque es lo que más puede fastidiarle al ego, el sentirse rechazado, el no ser visto, el no ser querido.
Sigo con el ejemplo de que llego 15 minutos más tarde, de que «María me está faltando al respeto»… pero si evalúas la situación y dejas de mirarte a ti, te paras a ver por qué María ha podido llegar 15 minutos tarde y encuentras respuestas. A lo mejor simplemente soy un desastre con el tiempo y no sé calcularlo, pero es que a lo mejor mi hija se ha caído y he tenido que salir más tarde, o a lo mejor he pillado un atasco brutal porque ha habido un accidente en la M50. Entonces, no te estoy faltando al respeto. Veo más allá, me quito yo el protagonismo de la situación y tú ya no te enfadas porque sabes que yo he tenido un problema o que soy una despistada y que no tiene que ver con mi respeto hacia ti.
Restar importancia a las cosas y ser más tolerante, ¿puede ser una herramienta?
Eso por supuesto. Trabajar mucho la aceptación y la mirada desde el amor. ¿Cómo podría ver esto desde el amor? ¿Qué le ha pasado a María? Voy a mirarla con amor. Voy a interpretar esto con amor. Y te cambia todo. Pero para mí, sobre todo, el problema es el egocentrismo que tenemos los seres humanos por tener ego, no por otra cosa. Egocéntrico no es subirte aquí a la mesa a bailar y querer llamar la atención, egocéntrico es tomarte las cosas de forma personal, pensar que lo que hacen y dicen los demás tiene que ver contigo. Pero no, lo que hacen y lo que dicen los demás tiene que ver con cómo son ellos, se están ellos retratando. Te puede afectar a ti y puede incidirte a ti directamente, pero no tiene que ver contigo. El ego hace que seamos súper egocéntricos y que todo nos lo tomemos de forma muy personal, y eso es lo que nos hace daño, no vemos a otro, nos vemos a nosotros.
«Tendemos a poner siempre el foco en lo que está mal, en lo que nos falta, y se nos olvida todo lo que ya somos y todo lo que ya tenemos»
Has diseñado un diario emocional que tienes a la venta en tu web, y me ha llamado la atención que en la página de cada día dejas un espacio que se llama «Gracias vida por…».
El agradecimiento es una de las herramientas más potentes que tenemos para transformar nuestra mente, porque tendemos a poner siempre el foco en lo que está mal, en lo que nos falta, y se nos olvida todo lo que ya somos y todo lo que ya tenemos. Y las pequeñas cosas de la vida, al final, son las más importantes. No agradecemos poder respirar bien hasta que tenemos un resfriado, no agradecemos poder caminar hasta que tenemos un esguince… Son tantas las pequeñas cosas que podemos agradecer en la vida que se nos escapan si no hacemos este ejercicio de parar y mirar. Salir del piloto automático.
Y para mí el agradecimiento es cambiar totalmente el foco, cambiar totalmente la mirada. Incluso en una situación muy complicada puedes sacar un agradecimiento. Justo ahora acabo de terminar una sesión de coaching con una clienta y me decía: «Es que he tirado dos años de mi vida en este trabajo», y se preguntaba para qué. Y yo la he dicho: «Agradece estos dos años de tu vida porque, para empezar, estar amargada trabajando 12 horas al día te ha hecho parar, te ha hecho mirar dentro, te ha hecho preguntarte ¿qué me está pasando?, ¿qué quiero realmente hacer con mi vida?, ¿qué tengo que cambiar? Eso es un regalo». Lo que pasa es que muchas veces para realizar este ejercicio la vida nos tiene que dar una hostia, porque no lo vemos sí no. De ahí es de donde sacamos los mayores aprendizajes al final.
¿No te parece que ese agradecimiento diario por las pequeñas cosas hemos dejado de realizarlo un poco por vergüenza, y que, sin embargo, en el pasado era una constante habitual en cualquier tipo de religión? Por ejemplo, bendecir la mesa antes de comer. Costumbres que partían de una obligación pero cuyo sentido era darse cuenta de lo positivo, de lo que sí tenemos.
Claro. Y además para mí ya no sólo eso, sino que te expande la mentalidad de abundancia, porque te fijas en lo que sí hay, en lo que sí tienes y no en la mentalidad de escasez, de lo que no tengo, lo que me falta, lo que necesito. Si tienes la mente en lo negativo, en lo pequeño, te vas a quedar pequeño. Cuando expandes tu mente, cuando agradeces, cuando valoras, es como que atraes, en el sentido de que tu foco está tan puesto en lo que sí es, en lo que te eleva, en lo que te motiva que es imposible que no sigas ese camino.
«Ver todo lo bonito y todo lo bueno que pasa es un chute increíble para ti, para tu emoción y para tu percepción»
Nosotros en la humilde medida de nuestras posibilidades, y aquí voy a meter la cuña [risas], en el periódico El Resurgir de Madrid hablamos solo en positivo, porque creemos que el mundo necesita poner el foco en las cosas buenas.
Es un enfoque muy importante, y es tan bueno esto que estáis haciendo. Mira, yo dejé de ver las noticias hace años. Yo no me entero de casi nada, porque lo que tú ves, observas y oyes en los medios de comunicación de hoy en día afecta tanto a tu realidad, que te hunde en la miseria. Hay gente que dice: «Yo no traigo hijos al mundo porque vaya mierda de mundo», y hay que decirles que el mundo es maravilloso. Todo depende de la perspectiva y de dónde pongas tu foco. Poder ver todo lo bonito y todo lo bueno que pasa creo que también es un chute increíble, para ti, para tu emoción y para tu percepción.
Quiero terminar esta parte de la entrevista parafraseándote y lanzándote una pregunta que es tuya. ¿Hay algo más importante que vivir en paz?
Para mí nada, puedes llamarlo paz, puedes llamarlo felicidad, puedes estar feliz y vivir en paz. Es esa sensación de irte tranquilo a dormir todas las noches, de estar alineado con lo que piensas, con lo que haces. A ver, lógicamente todos tenemos cierto nivel de incoherencia, somos humanos, nadie es perfecto y están genial nuestras luces y nuestras sombras, pero el estar tranquilo siendo fiel a ti mismo, creo que no que hay mejor que eso. Es que no hay nada, ni material, ni superficial, ni interior incluso que sea mejor que estar en paz. Entonces por eso digo que el éxito en la vida es estar en paz. Quizá para otras personas el éxito en la vida sea otra cosa, pero para mí no hay nada que me vaya a traer tanta satisfacción o tanta dicha como estar tranquila y en paz.
Mi primera vez
Por David Gons
«Actualmente las opciones de terapia o de psicología o de psiquiatría que hay en la sanidad pública son un horror»

María De Mondo acaba de publicar ‘Yo, ego’. / Paola Gómez
Vamos a hablar de primeras veces. ¿Cómo fue tu primera charla como coach?
Me acuerdo perfectamente. Lo hice en un salón de yoga, estaba nerviosa, mi primera charla siendo esta nueva yo, por así decirlo. Y salió muy bien. Me acuerdo que vino mi prima y me dijo: «María, es que has dicho muchas palabrotas». Y dije «es que yo soy así», yo no voy a dejar de decir palabrotas ni voy a adoptar ninguna postura políticamente correcta. Y la verdad que la recuerdo con mucho cariño, porque la gente salió contenta. Yo acababa de empezar y realmente no tenía ni idea de nada.
¿Cuál fue tu primer amor puro?
Fue con 17 años. Me acuerdo, ¿quién no se acuerda de su primer amor, de los 17 a los 20 años? Por supuesto, yo creía que era el amor de mi vida, como sucede con todos los primeros amores. Fue muy pasional, muy intenso, pero no fue mi gran amor.
¿Tu primer ídolo de la infancia?
Al único concierto que fui en mi infancia siendo niña, creo que no era ni adolescente, era de Ska-P, me sabía todas las canciones, pero no era fan de ellos, era fan de su música. Nunca quise conocerles o una foto con ellos. Pero me acuerdo que fui muy pesada para ir a ese concierto que se hizo en mi pueblo, Astorga.
¿Tienes alguna cosa así de Argentina que recuerdes?
Fui ultra feliz en Argentina. Era una sensación, una energía tan brutal de paz, de liberación… espectacular. Pero lo más impactante para mí de Argentina fueron los argentinos. Porque aquí en España solemos tener como un cliché del argentino arrogante o vendemotos y tal, y nada que ver. Y es como que me cortó un poco los esquemas y vi a gente tan amable, tan buena. Todo el mundo va al psicólogo. Eso me parece brutal. Yo quedaba a cenar, a lo mejor con alguna amiga y me decía esa semana había ido dos veces al psicólogo, me contaba lo que le decía… ¡Qué bien nos iría a los españoles!… Aquí siempre ha habido tanta aversión a tratarse, a conocerse, a trabajarse. Me impactó una sociedad tan consciente de que está muy bien ir al psicólogo y que te ayuda muchísimo.
¿Qué opinas de que ahora todos los políticos están poniendo encima de la mesa lo de la salud mental, tú que te dedicas a ello, es realmente así o es un poco de cara a la galería?
Yo, hasta que no vea medidas reales, me parece de cara a la galería. Actualmente, las opciones de terapia o de psicología o de psiquiatría que hay en la sanidad pública son un horror. Te dan cita una vez cada 3 meses como mucho. Hay gente con trastornos complicados que casi no tiene acceso. Me parece una vergüenza como está en nuestro país el tema de de la salud mental. Ojalá haya cambios, porque es que parece ser que no se entiende que cuando hacemos esos cambios internos los seres humanos se representan luego en cambios externos. Iría todo muchísimo mejor si todos tuviésemos acceso a ese tipo de sanidad, de salud pública, pero de momento está fatal.

De Mondo contesta a nuestro cuestionario ‘Mi primera vez’. / Paola Gómez
Las doce campanadas
¿El sitio más bonito de Madrid? Pues yo la verdad que la Sierra, yo soy muy de naturaleza, poco asfalto, entonces cualquier lugar de la sierra me fascina y si tiene que ser del centro, diría El Retiro.
¿Un lugar para comer bien? Por tradición quizá diría el Café Comercial, por ejemplo, se come muy bien. No es mi favorito porque no sé cuál es mi favorito. Hay millones espectaculares, pero como es antiguo es bonito y se come bien, el Café Comercial.
¿Una tarde cultural en…? Para mí, sin duda, en las librerías. Yo me vuelvo loca en una librería, es como un sitio de chuches para un niño.
Un lugar en Madrid para encontrar la paz. Me iría en un barquito por el pantano de San Juan.
¿Y para irse de cachondeo? Es que no salgo de mi casa desde hace muchos años, soy muy casera. Yo, antes, en en mi primera vida, antes de la crisis existencial, iba mucho de fiesta. Ahora no me metería a una discoteca al uso, pero si tengo que recomendar algo pues ir por Malasaña.
¿Una canción que te recuerde a Madrid? El chotis de Madrid, Madrid, Madrid.
¿Cibeles, Neptuno u otra fuente para celebrar los triunfos deportivos? Cuando mi ego estaba a tope, sin duda alguna Cibeles. Era súper del Real Madrid, iba al campo, escribía comentarios en mi Facebook sobre el Real Madrid, pero ya pasó.
¿Has bailado alguna vez un chotis? No, ni idea de cómo se baila. No me he atrevido.
¿Te has comido alguna vez las uvas en la Puerta del Sol? Como soy de las afueras, era una movida, llegar, el tráfico, aparcar… Lo he intenté una vez y no salió.
¿Una anécdota de esas que piensas que solo te pueden pasar en Madrid? Sin decir nombres, conocer a gente famosa. Al final aquí es donde está el trabajo y es muy fácil encontrarse o conocer por casualidades o conocidos a gente de la televisión, de la música… Y creo que es algo que sólo pasa en Madrid, o en Barcelona también, pero están más aquí concentrados.
¿Sitio poco conocido de Madrid al que llevarías a un amigo? El sitio que más furor causó en mi Instagram fue precisamente el pantano en San Juan, porque tú tienes la opción de contratar a una persona que tiene barco y que te lleve a una cala, que hay muchas y con un agua cristalina.
¿Qué tiene Madrid que no tiene otra ciudad? Me quedo de Madrid con la gastronomía, la variedad de restaurantes tan brutales que hay no lo he visto en otro lado. También me gusta mucho las posibilidades que ofrece Madrid. Me acuerdo en la universidad que si quería irme un lunes de fiesta podía irme perfectamente y había gente. Ya no solo de ese tipo de posibilidades, también de formación, de estudio, de visitar sitios, de conocer gente súper diversa… y eso me encanta de Madrid. También creo que es una ciudad muy libre y creo que hay respeto. Y el cielo de Madrid, me encanta.
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