Eloy Arenas: «Es necesario que exista el humor, porque la vida sin humor es una mierda»
ELOY ARENAS
Actor, humorista, escritor y guionista

Eloy Arenas (Dolores, Alicante, 1950) es polifacético. Escribe, dirige, actúa… pero, sobre todo, hace reír. Lo lleva haciendo desde la adolescencia, y no ha parado, siendo en los años 80 y 90 del siglo pasado una cara muy conocida gracias a su éxito en televisión. No ha parado de subirse a los escenarios, y muchos le recordarán por Burundanga, uno de los mayores éxitos teatrales de Madrid. Ahora está de estreno en el Teatro Alcázar con Berlín, Berlín, un vodevil ambientado en los días previos a la caída del muro de Berlín.
Estás de estreno en el Teatro Alcázar con una nueva obra, Berlín, Berlín, pero tú llevas a tus espaldas muchos estrenos. ¿Un veterano como tú sigue pasando nervios o eso ya se ha superado?
Los nervios nacen ante el hecho de no saber lo que va a ocurrir. Y esto es arte, y los actores somos muy frágiles, nuestro trabajo depende del público. ¿Les gustará, no les gustará, estaré bien, no estaré bien…? Cuando haces una obra ensayas durante un mes y medio. Llega un momento en el que pierdes la perspectiva de lo que estás haciendo. Ese momento es la ciénaga, el momento de las dudas… Y entonces, surge eso que se le llama nervios, pero más que nada es una inseguridad, que tratamos de vencerla a través de los propios compañeros, y a veces nos hacemos gracias. Por eso hacemos también funciones que son ensayos generales con público, de esa manera, el público ya está ahí y eso te relaja. Y vamos viendo cómo funciona.
¿De qué va Berlín, Berlín?
Va de los últimos días del Berlín Este, pero siendo algo que la gente que vivía allí no sabía que iba a pasar. Yo aquellos acontecimientos los vivía por las noticias. Sabíamos que en el Berlín Este había gente que no podía pasar al Berlín Oeste, que había precariedad, que había una dictadura muy dura, comunista, y la gente lo pasaba muy mal. Al que intentaba pasar lo freían directamente.
«Poder contar una tragedia con humor me parece un ejercicio maravilloso y extraordinario»
Pero es un obra de humor, ¿cómo se encaja eso con acontecimientos tan dramáticos?
Claro, es un vodevil, hay mucha risa y mucho humor, lo que pasa es que el humor como definición es tragedia más tiempo. Esto sucede hace 30 años, y lo cuentas muchos años después y le encuentras la risa. El humor tiene muchas variantes, y me parece un ejercicio maravilloso y extraordinario poder contar una tragedia, como lo fue esta. Llevar al humor lo que sucede poco antes de que cayera el muro, pero cuando ellos no sabían que iba a caer.

Un momento de la obra ‘Berlín, Berlín’. / Paola Gómez
Me parece muy interesante eso de que al final las cosas, en perspectiva, se puede trabajar con ellas desde el punto de vista del humor. ¿Eso es trasladable a día de hoy? Por ejemplo, ¿se puede hacer humor con toda la polémica de Rubiales?
Eso no es una tragedia. Mira, si tú coges todos los medios de comunicación tienen humoristas gráficos que son geniales, y todos ellos tocan constantemente el humor actual, y eso refresca, te da vida.
«Hay mucho ofendidito. Y el ofendidito es una especie bastante peligrosa, sobre todo porque pueden contagiar a los demás»
Te recuerdo metido en mil fregados haciendo monólogos de toda índole y metiéndote en todos los temas. Me da que esto ha cambiado, porque hoy en día parece que es imposible, o al menos mucho más difícil.
Es complicado, más difícil, porque hay mucho ofendidito. Y el ofendidito es una especie bastante peligrosa, sobre todo porque pueden contagiar a los demás. Yo soy un feminista total, en mis obras de teatro lo he representado. Escribí un libro publicado por Planeta en el 2002 que se titula Machistas anónimos que cuenta toda la historia de un individuo que se que monta una asociación para desintoxicar machistas y prepararlos para la nueva mujer. Es decir, no soy sospechoso. Estamos viendo las transformaciones que se están produciendo, y antes del Mee Too ya había muchas mujeres que estaban haciendo cosas para que la sociedad se diera cuenta de que la sociedad tiene hombres y mujeres, y entre los dos todo va a ser más sencillo.
«Todo el machismo es absurdo, y nos estamos desintoxicando todos»
Todo el machismo es absurdo, y nos estamos desintoxicando todos, por ejemplo de canciones, que habían canciones que eran puro machismo. No obstante hay que verlo en su contexto, porque había una canción, por ejemplo, que era “no me gusta que a los toros te pongas la minifalda”, no es que yo venga a criticarlo ahora, pero ya indicaba un empoderamiento del hombre y una sumisión por parte de la mujer. Yo creo en la evolución, y esa evolución ya no se puede detener. Pero de esto que comentas [tema Rubiales] sí creo que se ha hecho una bola muy grande teniendo en cuenta que cuando se hace algo muy grande, lo que impera es el negocio.
El humor nos ayuda a normalizar las cosas, pero no sé si en el contexto actual harías un monólogo, como hiciste en su momento, hablando de tu primera experiencia sexual, que creo recordar que fue con una francesa de 25, y hablabas de conceptos como violación, desde un punto de vista humorístico. Ahora sería complicado, ¿no?
Claro, en ese monólogo, era un hombre, un chaval, violado. Yo conté mi experiencia, porque lo que cuento es verídico, y con mucha gracia. Yo tenía 15 años, aunque aparentaba más, la francesa era una delicia, y yo moría por esa primera experiencia. Pero para que veas que el enfoque es de humor recuerdo que terminaba diciendo: “…y siento un espasmo no doloroso que me recorre todo el cuerpo, la pierna que se me agarrota de un calambre al momento, yo que me quedo sin respiración y sin saliva y, en lugar de decir de que la amaba con locura, voy le digo ‘señora, como me muera, verá’” [risas]. Y eso fue lo que pasó. Yo no había hecho el amor nunca, la francesa sí. Yo tenía 15 años, no tenía ni idea, por eso decía: ‘me violó, y me dejé’. Y también hay que decir que empezaba el monólogo diciendo: “Los españoles no tenemos cultura sexual solamente tenemos ganas”, que también era verdad.

Eloy Arenas es un veterano y muy reconocido cómico. / Paola Gómez
¿También eso ha cambiado?
Yo creía mucho en la educación sexual, que no se ha producido. La responsabilidad creo que la tiene mucho Internet y el acceso tan libre que tiene esos portales. Y ahí no te enseñan, no hay una enseñanza sobre la libertad sexual y sobre cómo ejercer la sexualidad, no la hay. Es pornografía, es porno, pero no es una clase de educación sexual.
«Una vez me dijeron que o quitaba un chiste de Aznar o me quitaban el espacio en televisión»
¿A ti te han censurado alguna vez?, porque no has tenido pelos en la lengua en tus monólogos.
Hacía un programa de televisión y tocaba la actualidad siempre, y había un personaje que no tenía ningún tipo de perfil, que era José María Aznar, que había sido presidente de Castilla y León, pero el perfil era muy bajo. Se presentó a las elecciones y yo hice algo sobre la bomba que ETA colocó al paso de su coche, que fue un atentado frustrado. Yo lo que hice fue positivar mucho más esa historia. Era un clásico ‘se levanta el telón, salen los etarras, el coche, una explosión, el atentado frustrado y ¿cómo se llama la película? Cariño he agrandado al niño’. Pero no me lo dejaron. Me dijeron que no, que o quitaban eso o quitaban todo el espacio. Y lo cierto es que era verdad, eso le dio a Aznar una subida de imagen de una manera exponencial. Y en parte pudo influir en que ganara las elecciones. No hubo manera por más que lo explicaba.
«El humor ahora es más necesario que nunca, porque el humor provoca risa, y la risa es sanadora»
¿Tú crees que nos viene bien, como sociedad, más humor, más libertad para tocar cualquier tema con humor, incluso este que hemos hablado de Rubiales? Poner ese punto crítico, como hacíais los humoristas en los 80 y los 90, antes los humoristas normalizabais las cosas con el humor.
Nos hace falta. Mira el humor es necesario. Decía Dostoyevski que todo lo que toca el humor deja de ser lo que es, se transforma. El humor es necesario, todo tipo de humores, humor blanco, chistes muy sencillos de cuñados y cosas de estas, pero también un humor como el de Quevedo, como lo hizo Cervantes en El Quijote, con una carga social y crítica. Por lo tanto, ahora es más necesario que nunca, pero hay mucho ofendido que gracias al anonimato que provoca las redes sociales se refugian ahí y sueltan barbaridades, son represivos totalmente.
Mira, el humor es un invento del ser humano, era necesario que exista el humor, porque la vida sin el humor es una mierda. Y además, el humor es una es una venganza en la que el ser humano le dice a la muerte: “tú vas a ganar la guerra, pero yo te voy a ganar todas las batallas”. Así el ser humano se ríe de sí mismo, se ríe de la mayor parte de las cosas, porque el humor provoca risa, y la risa es sanadora, si no todo sería triste, sería aburrido. Con la tristeza no hay emprendedores, con la tristeza no hay motivación, con la tristeza no se consigue absolutamente nada.
Mi primera vez
Por Carlos Echeguren
«La primera vez que me subí a un escenario sentí algo mágico, sentí la llamada»

Eloy Arenas con Carlos Echeguren tras la grabación del podcast. / Paola Gómez
¿Cuál fue tu primera vez en un escenario?
Estaba estudiando, en Alicante, en los Salesianos. Hacían una obra de teatro y estaban buscando a un actor, y yo ya había hecho poesía y poemas y tal, ya me conocía la gente de Alicante, de la radio. Entonces me llamaron para ver si hacía ese papel. Bueno, se llamaba Murió hace 15 años y lo hice y sentí, pues algo mágico. ¿Tú sabes lo que es la ilusión de cualquier ser humano? Es convertirse en otro, aunque fuera por una hora o por una hora y media, esa sensación fue tan grande que yo ese mismo día descubrí que quería hacer eso. Porque en los colegios, por ejemplo, yo era el que hacía las imitaciones y esas cosas, hacía parodias de los profesores, del profesor de francés, que me enseñó mucho, pero tenía un estilo muy peculiar, y eso me dio para poder hacer una parodia de él fantástica. Sentí la llamada.
¿Y tu primer chiste?
No lo sé, han sido tantos.
¿Tu primer amor platónico?
Casi todas las actrices de Hollywood de aquella época, todas me gustaban. Susan Hayward con su pelo rojo, me encantaba; Sara Montiel que era un mito erótico… Y después sí salí con chicas pero…
Ninguna que te haya dejado un recuerdo muy impactante.
Tuve una chica que sí, salí con ella, pero me dejó [ríe]. Era preciosa, yo tendría 16 años y yo me vine a Madrid y ella se quedó, y se casó con un amigo mío, y después se convirtió en una amiga mía. En mi vida, de cualquier manera, he tenido dos amores, mi mujer y mi pareja.
¿Recuerdas tu primer sueldo, tu primer trabajo con el que ganaste un dinerillo?
Sí, estaba estudiando en Barcelona y estaba con los amigos y me llamaron para hacer una fotonovela y me pagaron creo que 200 pesetas [poco más de 1 euro]. ¡Más contento! Después, cuando vine a Madrid, lo primero que hice fue un casting en el cuadro de actores de Radio Madrid y también me pagaron. Ese fue el segundo sueldo.
¿Y tu primer ídolo en el mundo del humor, el que igual te motivó a tirar por ahí?
Miguel Gila fue un referente grande. Ya me reía con él, pero después lo entendí mejor. Después vi una película, llamada Lenny, que era un humorista norteamericano, y narra la tragedia de su vida, que la con hizo humor, era genial. Era la primera vez que yo veía un monólogo con una carga social enorme y con un valor extraordinario. Me marcó bastante.
Las doce campanadas
¿El sitio más bonito de Madrid? El Retiro.
¿Una tarde cultural en…? En los museos, una no, 10, 15, 20 tardes.
¿Un lugar para comer bien? Hay muchos sitios en Madrid para comer bien, no tengo un sitio favorito. Madrid tiene una gastronomía amplia, enorme, internacional….
¿Plato, alimento o producto madrileño que te guste más? El cocido, pero que sea plato único.
¿Te has comido alguna vez las uvas en la Puerta del Sol? No… espera, creo que sí, porque cuando yo llegué a Madrid a principios de los 70, vivía en una pensión que estaba justamente en la calle Montera y entonces claro, me pilló allí al lado.
¿Has bailado alguna vez un chotis? He intentado bailarlo, pero me sale muy paródico, pero la gracia que tiene es juntar los pies y empezar a dar pequeños saltitos alrededor de esa medida que es una baldosa. Eso me hace gracia, me gusta, tiene algo de esa chulería madrileña.
¿Un lugar para reírte en Madrid? Recomendaría cualquiera de los teatros que hay en Madrid, empezando por el Teatro Alcázar, porque el Teatro Alcázar tiene una programación de humor impresionante. Miguel Lago, El Brujo, los chanantes… tienen constantemente humor.
¿Cibeles, Neptuno u otra fuente para celebrar? No soy futbolero pero me encantan las dos. A mí me gusta el arte, el arte de la Cibeles y el arte de Neptuno.
¿Sitio poco conocido de Madrid al que llevarías a un amigo? Yo le llevarían a un museo que está al lado del teleférico, que ahora no recuerdo el nombre, pero lo conoce muy poca gente y es genial. Y que se suban al teleférico, porque hace ese recorrido por la Casa de Campo no está nada mal. Y la Rosaleda.
¿Una canción que te recuerde a Madrid? Pongamos que hablo de Madrid.
Una anécdota de esas que dices, esto solo me puede pasar en Madrid? Es una broma la que te voy a decir, lo único lo único que me puede pasar aquí en Madrid es coger el tren en Atocha hacia Alicante que es mi tierra, eso solamente puede pasar en Madrid [ríe].
¿Qué tiene Madrid que no tiene otra ciudad? Que no escudriña a nadie. Algo muy importante. Yo nunca tuve que decir que soy de Alicante, mis hijos son de Madrid. A nadie se le pregunta, no escudriña a nadie.
KILÓMETRO 0






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