Aitor Romero: «La propia vida es un viaje… Lo importante es el camino y lo que aprendes en él»
AITOR ROMERO
Escritor

Aitor Romero (Barcelona, 1985) es escritor. Empezó su carrera escribiendo poemas como los recopilados en Avenidas de la Ciudad Desierta, obteniendo una mención en la categoría de poesía experimental en el I Premio de Literatura Joan Brossa de la Universidad de La Habana. Luego, decidió entrar en otros géneros como la novela y el ensayo. El último de ellos es uno de los que más le gusta porque le permite reflexionar sobre cuestiones ocultas a primera vista. Hablamos con él sobre su nuevo libro de crónicas de viajes: El arte de escribir de pie (2023, Candaya).
El gran tema de tu nuevo libro es el viaje. Quizá te parezca una pregunta un poco inusual, pero ¿qué es el viaje para ti?
El viaje es la gran pregunta del ser humano. En mi caso, significa la posibilidad de desviarme de mis trayectos cotidianos. Puedo hacerlo dentro de la propia ciudad en la que vivo, cuando voy a otros países o incluso a través de la lectura, que me permite viajar sin moverme del sofá.
En las crónicas que conforman El arte de escribir de pie, pareces narrar dos tipos de viaje: el que uno hace recorriendo el mundo, y el que se realiza navegando por la propia mente. ¿Por qué?
El viaje es, como decías antes, el hilo conductor del libro, pero las crónicas que lo conforman son ensayos que hablan de lugares concretos. Y he querido aprovecharlos para reflexionar sobre cuestiones de fondo y sobre algunos referentes culturales que para mí son importantes.
«En realidad, el libro lo escribí sentado. Lo que pasa es que utilicé estas palabras para titularlo por un juego humorístico particular»
Titulaste esta obra como El arte de escribir de pie. ¿Es mejor hacerlo así que sentado?
En realidad, el libro lo escribí sentado. Lo que pasa es que utilicé estas palabras para titularlo por un juego humorístico particular. Cuando era joven y comencé a escribir, me interesaba sobre todo la poesía.
Mientras andaba por la calle, iba componiendo versos que luego acababan por gustarme mucho. En cambio, los que ideaba sentado frente al escritorio me parecían todo lo contrario. De ahí la idea del arte de escribir de pie.
¿Viajar es también un arte?
Yo creo que no. Es como lo autobiográfico, como vivir. Puede convertirse en arte cuando tú haces algo con todos esos materiales y experiencias que vas acumulando. Pero requiere de una elevación que, de por sí, el viajar no tiene.
Por todo lo que me estás diciendo, tengo la sensación de que el viaje es algo muy personal… ¿Se deja alguna vez de viajar?
Pienso que no. La propia vida es un viaje… Esta es una idea clásica propia de los antiguos griegos y del poeta Cavafis. Al final, lo importante es el camino y lo que aprendes en él. Respecto al destino, muchas veces llegas demasiado mayor o no llegas.
Permíteme insistir en la idea de que los viajes tienen final. ¿Cuándo sabes que has llegado al final de cada uno de ellos?
Supongo que cuando te mueres…
«Lo único que sabía era que quería escribir una obra sobre el viaje. Ya había publicado un libro de cuentos y una novela con anterioridad, y me apetecía hacer algo diferente»
¿Qué te impulsó a escribir sobre estos viajes?
Algunos de ellos los hice hace bastante tiempo, y no he llegado a plantearme por qué decidí incluirlos en el libro. Creo que he ido haciendo todo sobre la marcha. Por ejemplo, sí que es verdad que de Barcelona siempre había querido redactar algo, pero no una crónica como la que he hecho para El arte de escribir de pie.
Lo único que sabía era que quería escribir una obra sobre el viaje. Ya había publicado un libro de cuentos y una novela con anterioridad, y me apetecía hacer algo diferente. Y, como me gustan los géneros de la crónica y el ensayo, decidí darle ese formato a mi siguiente proyecto. Es que siempre he pensado que la narrativa encorseta mucho…
¿Escribirás sobre otros viajes?
No lo sé. Ahora tengo algún encargo de este tipo pendiente de completar. Pero no tengo pensado hacer otro libro como este a corto plazo, ya que cada crónica requiere bastante tiempo. Lo que sí me gustaría es continuar haciendo reflexiones culturales a través de ensayos.
Las doce campanadas
Sitio más bonito de Madrid: El barrio de Chamberí.
Una tarde cultural en: Cualquiera de los cines que están cerca de plaza de España.
Un lugar para comer bien: El restaurante chino Casa Bambú, en Usera.
Su monumento preferido: El Templo de Debod.
¿Se ha comido alguna vez las uvas en la Puerta del Sol?: No.
Un plato, alimento o producto madrileño: Las gallinejas.
Una calle: La calle Juan de Urbieta.
Sitio desconocido de Madrid al que llevarías a un extranjero: El Mercado Maravillas de Cuatro Caminos.
Canción que te recuerde a Madrid: Barbi superestar, de Joaquín Sabina.
¿Cibeles, Neptuno, u otra fuente para los triunfos deportivos?: La Cibeles cuando gana el Barça [ríe].
¿Ha bailado un chotis?: No. No sé cómo se hace [ríe].
¿Qué tiene Madrid que no tiene otra ciudad?: Que es una urbe hecha a sí misma y muy dinámica.
KILÓMETRO 0




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